A pesar de que logró la construcción de la red ferroviaria de alta velocidad más larga del mundo en menos de una década, China parece tener problemas para exportar su tecnología de ferrocarriles de este tipo, de acuerdo con una nota del diario japonés Nikkei.
La estatal China Railway Group, que construyó dos tercios de las líneas de ferrocarril de todo el país, rompió su silencio el jueves con respecto a la terminación abrupta de un proyecto en Estados Unidos con Xpress West, una compañía de ferrocarril de pasajeros interestatal privada bajo la constructora estadounidense Marnell Companies.
El proyecto consiste en la construcción de un tren bala entre Los Ángeles y Las Vegas, con el recorrido de 370 kilómetros que separan las dos ciudades en 80 minutos.
En junio, Xpress West deshizo la alianza, debido a “dificultades asociadas con el cumplimiento oportuno” y el desafío de China Railway para obtener la autorización necesaria que le permitiera “proceder con las actividades necesarias de desarrollo” del proyecto.
“Tuvimos la oportunidad de estar en contacto con (Xpress Occidental); pero no resultó en una negociación integral”, dijo Zhang Xian, vicepresidente de China Railway, según Nikkei. Zhang destacó que el proyecto fue iniciado por el gobierno chino y que su cancelación no tendrá mucho impacto en la empresa.
En septiembre de 2015, se anunció que éste sería el primer proyecto de tren de alta velocidad con inversión china en Estados Unidos, el cual empezaría a construirse en septiembre de 2016.
China sufrió un revés similar cuando el gobierno de México revocó en 2014 un contrato por 3,750 millones de dólares concedido a China Railway Construction Corp. para la construir un sistema de tren bala de 210 kilómetros en el país, a raíz de un escándalo.
Los críticos dijeron que la oferta se ha visto comprometida desde el principio, al estar en el consorcio liderado por China Railway una filial de un contratista del gobierno, que era dueño de una propiedad que la esposa del presidente de México, Enrique Peña Nieto, se encontraba en el proceso de comprarla. Un total de 16 participantes, incluyendo la alemana Siemens, la canadiense Bombardier y la japonesa Mitsubishi, se habían retirado del proceso de licitación, dejando a la compañía china como ganadora de facto.
Según la agencia Xinhua, de los más de 110,000 kilómetros de vías férreas que han construido las empresas chinas, los 16,000 kilómetros de líneas de alta velocidad suponen más de la mitad de las existentes en todo el mundo.
En 2014, se completó en Turquía el primer proyecto de tren de alta velocidad chino fuera de sus fronteras, con una línea de 533 kilómetros que une la capital, Ankara, con Estambul.
Después de que en 2014 entrase en funcionamiento un proyecto de 1,344 kilómetros de línea férrea en Angola, China firmó un acuerdo en mayo de 2015 para construir un enlace ferroviario entre las ciudades keniatas de Mombasa y Nairobi valorado en 3,800 millones de dólares. Se trata de la primera fase de una línea que, en último término, conectará países como Uganda, Ruanda, Burundi y Sudán del Sur.
En la región Asia-Pacífico, también en septiembre de 2015, comenzaron a operar en Malasia los trenes de un metro de ancho de vía y de unidades múltiples más rápidos del mundo, fabricados por una empresa china.
Mientras, en América del Sur, los trenes fabricados por China empezaron a funcionar en noviembre de 2015 en la línea suburbana de Mitre, en la capital argentina de Buenos Aires. En Europa, los trenes chinos operarán pronto, ya que Macedonia firmó un acuerdo con el país asiático en junio del año pasado para comprar seis flotas de trenes de alta velocidad.