El cierre de la frontera entre México y Estados Unidos afectaría principalmente a la industria automotriz, la cual está altamente integrada en sus cadenas de valor entre los dos países.
Las estimaciones muestran que algunas partes y componentes de vehículos de motor cruzan la frontera de Estados Unidos más de ocho veces en el proceso de producción y ensamblaje.
México registró un incremento interanual de 14.8% en sus exportaciones de autos a Estados Unidos durante 2018, para llegar a 34,304 millones de dólares, según estadísticas del Departamento de Comercio estadounidense.
Estas ventas externas de autos han escalado, año con año, desde al menos 2013.
A partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entró en vigor en 1994, la fabricación de vehículos motorizados en la región se ha integrado altamente, con los principales fabricantes de automóviles de Asia y Europa construyendo sus propias cadenas de suministro dentro de la región.
El mayor crecimiento reciente en el mercado del subcontinente se produjo principalmente en México, que ahora representa aproximadamente el 20% de la producción total de vehículos de América del Norte.
En general, las inversiones recientes en plantas de ensamblaje de Estados Unidos y Canadá han involucrado la modernización o expansión de las instalaciones existentes, mientras que México ha visto nuevas plantas de ensamblaje.
Además, muchos fabricantes de partes han abierto plantas en México para estar cerca del creciente número de plantas de ensamblaje de vehículos.
Las plantas de partes en los tres países suministran a fabricantes de sistemas automotrices (como sistemas de frenos y asientos) y plantas de ensamblaje de vehículos motorizados en el otros países del TLCAN.