La aseguradora de crédito francesa Coface proyectó “nubarrones” en la economía mundial en 2023 y ha rebajado la evaluación del riesgo país de 16 países del continente europeo.
Esa rebaja incluye a las principales economías -con la excepción de Italia, que ya estaba calificada en A4, el nivel de riesgo más alto de Europa Occidental.
De acuerdo con su barómetro correspondiente al segundo trimestre de 2022, en un entorno caracterizado por el endurecimiento de las condiciones crediticias, el sector de la construcción aparece como uno de los más vulnerables.
Por ello, se ve afectado por un gran número de rebajas de calificación, especialmente en Europa Central y Oriental, pero también en Europa Occidental y América del Norte. Actualmente se considera un riesgo “alto” o “muy alto” en todas las regiones.
La Coface espera que el aumento de los costes de los préstamos afecte al mercado de la vivienda y, en última instancia, a la actividad de la construcción.
Esto ha comenzado en los Estados Unidos, donde las ventas de viviendas están disminuyendo rápidamente. Tras la fortísima recuperación registrada en los dos últimos años, el aumento de los tipos hipotecarios (+200 puntos básicos desde principios de año) y de los precios de la vivienda (+20% interanual) está enfriando la demanda.
También en Estados Unidos, como en el resto del mundo, el sector se enfrenta al aumento de los costes de los insumos, especialmente de la madera, que sigue siendo elevado.
Coface
Aunque en los últimos meses la mayoría de los gobiernos se han apresurado a aplicar medidas de apoyo a los hogares y, en menor medida, a las empresas, los persistentes y elevados déficits públicos ya están suscitando dudas sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas en algunos países en un entorno de subida de los tipos de interés.
Según la Coface, esto es especialmente cierto en la Eurozona, donde se combinarán los efectos del cese de las compras netas de bonos por parte del BCE y el inicio de la subida de los tipos de interés.
Incluso antes de que se materialice este cambio de orientación de la política monetaria, esta simple perspectiva ha provocado un aumento de los tipos de interés de los préstamos para todos los países de la zona y, sobre todo, un aumento del diferencial entre el país con las condiciones de financiación más favorables, Alemania, y los demás.
Como señal de que el mecanismo de discriminación del mercado ya ha empezado a hacer acto de presencia, como suele ocurrir en tiempos de crisis cuando la aversión al riesgo es mayor, los diferenciales de Italia y Grecia, los países más endeudados de la eurozona, han subido mucho más rápido que el de los demás miembros.