Estados Unidos, México y Canadá no pueden tener un libre comercio justo, a menos que los tres países se obliguen a contar con las mismas condiciones en el Tratado de Libre Comercio de[starlist][/starlist] América del Norte (TLCAN), consideró Jaime Serra Puche, quien encabezó las negociacionesi de ese acuerdo por parte del gobierno mexicano.
En febrero pasado, tras un encuentro con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en Washington, el presidente estadounidense, Donald Trump, hizo referencia a que los principales cambios del TLCAN estarán más enfocados a México.
“Vamos a ajustarlo (el TLCAN), vamos a hacer ciertas cosas que van a beneficiar a nuestros dos países”, dijo entonces Trump, en una conferencia de prensa. “Es una situación mucho menos grave que la que se ha producido en la frontera sur. En la frontera sur, durante muchos, muchos años la transacción no fue justa para Estados Unidos. Fue una transacción extremadamente injusta”.
Al participar este jueves en un panel de la 80 Convención Bancaria, Serra comentó también que si se elevan los aranceles entre los países de América del Norte como resultado de la renegociación del TLCAN, la región perdería competitividad.
«Si nosotros aumentamos los aranceles, vamos a perder competitividad como país, y Estados Unidos va a perder competitividad como región; lo mismo le pasa a Canadá y a Estados Unidos», dijo.
En 2016, Serra opinó que el peor escenario con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos sería ceder a un “comercio administrado”.
En el comercio administrado se interviene el libre flujo de los productos y servicios entre países con medidas instrumentadas por los gobiernos, como fijar cupos, mediante los cuales se limitan los volúmenes de exportación o importación.
“El peor escenario en materia comercial sería que, con el afán de continuar con el instrumento que rige actualmente a América del Norte, aceptáramos que nos llevaran a los que los economistas llaman un comercio administrado”, dijo Serra, en un seminario organizado por el ITAM en la Ciudad de México.
Serra adujo que el comercio administrado sería “fatal” por tres razones: “Una, porque terminaría siendo la incertidumbre eterna; dos, porque habría un problema de corrupción gravísimo, y tres, porque distorsionaría precios relativos”.
Luego ponderó que este escenario sería peor frente a la alternativa de que Estados Unidos se saliera del TLCAN, con lo cual las aduanas estadounidenses aplicarían un arancel promedio de 2.8% a las importaciones de productos mexicanos, lo que le permite la Organización Mundial de Comercio.