El comercio mundial crecerá al doble que el PIB mundial en 2021, estimó la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Mientras que la OMC calcula que del comercio mundial de productos escalará a una tasa interanual de 10.8% para 2021, prevé un crecimiento del PIB ponderado por el mercado de 5.3% para ese mismo año.
Luego el comercio mundial se incrementaría 4.7% y la economía mundial avanzaría de 4.1% en 2022.
Antes, en marzo, la OMC había estimado que el comercio mundial crecería 8% y que la economía global crecería 5.1% en 2021.
El crecimiento del PIB se ha visto impulsado por un fuerte apoyo de la política fiscal y monetaria, y por la reanudación de la actividad económica en países que han podido implementar vacunas Covid-19 a gran escala.
En los años previos a la crisis financiera mundial (1990-2007), el comercio internacional de mercancías creció aproximadamente dos veces más rápido que el PIB mundial a los tipos de cambio del mercado, pero posteriormente se desaceleró aproximadamente a la misma tasa en promedio.
Las proyecciones comerciales actuales implican que la relación entre el crecimiento del comercio y el crecimiento del PIB aumentará a 2.0: 1 en 2021 antes de volver a caer a 1.1: 1 en 2022.
Si se cumple el pronóstico, esto indicaría que la pandemia no habrá tenido un impacto fundamental en la relación entre comercio exterior e ingresos.
Comercio mundial
Para la OMC, los riesgos para el pronóstico siguen siendo a la baja, pero la importancia relativa de esos riesgos es difícil de medir. Incluyen picos de inflación, retrasos en los puertos más prolongados, tarifas de envío más altas y escasez prolongada de semiconductores, y las interrupciones del lado de la oferta se ven agravadas por la recuperación rápida e inesperadamente fuerte de la demanda en las economías avanzadas y muchas emergentes.
Por ahora, la pandemia en sí presenta riesgos potencialmente aún mayores para el comercio y la producción mundiales, especialmente si surgieran variantes más mortales.
La variante Delta altamente contagiosa ya ha llevado a los gobiernos a restablecer algunas medidas de contención.
Los recientes repuntes de la inflación son probablemente temporales, impulsados por shocks de oferta que afectan a ciertos sectores en economías específicas, en contraposición a la inesperada recuperación fuerte de la demanda.
Sin embargo, si las expectativas inflacionarias se afianzan, los bancos centrales pueden sentir la necesidad de endurecer la política desde el principio. Esto podría crear efectos indirectos negativos, que eventualmente afectarían los flujos comerciales. El período posterior a la pandemia puede experimentar algunos períodos de volatilidad a medida que la política monetaria se normaliza y los gobiernos cambian a políticas fiscales más sostenibles.