Tras reducirse hasta 4% en 2022, se espera que el crecimiento del comercio mundial se desacelere aún más hasta 1.6% en 2023, reflejando en gran medida el debilitamiento de la demanda global, proyectó el Banco Mundial.

También se prevé que el comercio sea especialmente débil en los mercados emergentes y las economías en desarrollo con fuertes vínculos comerciales con las principales economías, donde se espera que la demanda se ralentice bruscamente.

En conjunto, el actual repunte del comercio mundial tras la recesión va camino de ser uno de los más débiles jamás registrados.

El Banco Mundial espera que los viajes y el turismo sigan repuntando, pero se verán limitados por la ralentización de la actividad mundial y los elevados costes de los insumos.

Comercio mundial

Asimismo, considera que el comercio de bienes se modere debido a la moderación de la demanda y a un cambio gradual del consumo hacia los servicios.

Una demanda global más débil de lo previsto y nuevos atascos en la cadena de suministro plantean riesgos a la baja para las perspectivas del comercio mundial.

Además, la intensificación del proteccionismo comercial, la fragmentación de las redes comerciales y la preocupación por la seguridad de las cadenas de suministro podrían incrementar los costes comerciales y ralentizar el crecimiento del comercio.

El crecimiento del comercio mundial se desaceleró en el segundo semestre de 2022, en paralelo al deterioro de la actividad en las principales economías.

El debilitamiento del comercio reflejó la ralentización de la producción industrial mundial, al desplazarse la demanda hacia su composición prepandémica y alejarse de los bienes.

A pesar de esta moderación, el comercio de bienes superó el año pasado los niveles anteriores a la pandemia; mientras tanto, el comercio de servicios siguió recuperándose, apoyado por el cambio gradual de la demanda hacia los servicios.

Los flujos turísticos repuntaron a medida que muchos países suavizaron las restricciones a los viajes, pero se mantuvieron muy por debajo de los niveles prepandémicos y fueron desiguales entre regiones.

Aunque las presiones sobre la cadena de suministro mundial siguen estando por encima de los niveles prepandémicos, se han atenuado desde mediados de 2022, como reflejan los menores costes de transporte y la normalización de los inventarios.

Se espera que el debilitamiento de la demanda de bienes reduzca aún más estas presiones en 2023.