Saber identificar correctamente los materiales para muebles duraderos permite hacer el mejor balance entre comodidad, precio y calidad.
Para amueblar un hogar hay múltiples opciones de los insumos utilizados: metales, vidrio, varios tipos de madera, objetos naturales como piedras o troncos de árboles, cuero, telas y plásticos, entre muchos otros.
A manera de ejemplo, así como una sala de cuero es recomendable si hay hijos pequeños en el hogar, la tapicería puede ser un factor clave que no solo aporta estilo, sino que también influye en la resistencia y el confort de sofás y sillas.
Guía para amueblar una casa o departamento
¿Los muebles a comprar son durables y/o reparables? ¿Son ecológicos y seguros? ¿Cuánto dura la cobertura de la garantía? ¿Antes de elegir la compra, se ha analizado las condiciones del entorno, como ventilación, calor y humedad?
Las respuestas a todas estas preguntas son importantes. Por poner un caso: si hay humedad, la madera no es la mejor opción; si se tienen gatos, éstos pueden romper cristales frágiles; y si persiste un ambiente reseco, ciertos materiales pueden agrietarse, como ocurre con el plástico.
Por lo común, las personas valoran muebles duraderos para sus casas o departamentos y que éstos sean atemporales y se puedan adaptar a sus necesidades y reparar en caso necesario.
Y todavía es mejor si además de la longevidad de los muebles, se hacen con materiales respetuosos con el medio ambiente y duraderos, como con madera no producto de la tala ilegal, los textiles reciclables y las pieles no obtenidas de especies en peligro de extinción.
Materiales para muebles duraderos
La durabilidad es una cualidad relevante para la elección de muebles y la madera maciza, como el roble, el cerezo, la haya, el pino o el nogal, ofrece una vida útil por un largo periodo, además de tener una belleza natural.
Pero si no se cuenta con un presupuesto suficiente o se quiere gastar menos que en la madera maciza, una opción es lo que se conoce como tablero de fibra de densidad media, que es un producto obtenido por aglomeración de fibras de madera mezcladas con adhesivos.
Otra alternativa son los muebles de melamina, hechos de una resina sintética resistente a arañazos y manchas, con una amplia variedad de acabados y colores, pero que se puede romper.
O bien, se puede optar por los muebles de chapa natural, formados por un núcleo de aglomerado relativamente grueso cubierto por una chapa de madera como la haya, el fresno o el roble.
En este último caso, la madera maciza permite cierta durabilidad, pero por incluir aglomerado se puede deformar en ambientes húmedos y dañarse con el agua.
Materias primas
Entre las distintas opciones en general, los metales son los más resistentes. Mientras que los fabricados con hierro se puede reparar siempre en su parte metálica, no es así con respecto a los de aluminio, un material con dificultades para unir o soldar y más susceptible a deformaciones y fisuras.
Optar por herrajes de alta calidad asegura la durabilidad de los muebles, reduciendo la necesidad de reparaciones frecuentes y prolongando la vida útil de las piezas.
Alternativas adicionales van desde el porcelánico, un material cerámico que no se oxida y que, aunque es resistente, puede llegar a romperse; el vidrio, que es mucho más rompible, aunque esto puede minimizarse con ciertos grosores; la piel sintética, que puede ser resistente, robusta e indeformable; y algunas telas, fáciles de mantener y resistentes al roce y al desgarro.