La Asociación Internacional de Concesionarios de Automóviles de Estados Unidos (AIADA) se opuso a la investigación que iniciará el Departamento de Comercio de ese país para determinar si las importaciones estadounidenses de autos afectan a la seguridad nacional.

«No se puede repetir lo suficiente: los aranceles son impuestos. Las familias estadounidenses que menos pueden pagar un aumento de 25% en los precios de los vehículos soportarán la carga de esta tarifa”, dijo el presidente y director general de AIADA, Cody Lusk, en un comunicado.

El Departamento de Comercio especificó que la investigación determinará si las importaciones de automóviles, incluidos Vehículos Utilitarios Deportivos (SUV), camionetas, camiones livianos y piezas de automóviles en los Estados Unidos amenazan con perjudicar la seguridad nacional como se define en la Sección 232.

Una investigación de la Sección 232 se lleva a cabo bajo la autoridad de la Ley de Expansión Comercial de 1962, ya enmendada. El objetivo de la investigación es determinar el efecto de las importaciones en la seguridad nacional. Las investigaciones pueden iniciarse con base en una solicitud de una parte interesada, una solicitud del jefe de cualquier departamento o agencia, o pueden ser iniciadas por el Secretario de Comercio.

«Las 9,600 franquicias internacionales de placas de identificación de Estados Unidos y sus 577,000 empleados estadounidenses dependen de productos a precios competitivos para sustentar sus negocios y trabajos. Tratar las importaciones de automóviles como una amenaza a la seguridad nacional sería un desastre económico autoinfligido para los consumidores, concesionarios y empleados de los concesionarios de Estados Unidos», añadió Lusk.

El Departamento de Comercio denunció el fuerte crecimiento de las importaciones de vehículos de pasajeros en los últimos 20 años, así como la disminución del empleo automotriz en los Estados Unidos.