Corea del Sur pidió a México iniciar las consultas técnicas para negociar un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre los dos países.
“Tengo la certeza que un tratado de libre comercio conseguirá la captación de nuevas inversiones y proveerá al sector agropecuario de un mayor dinamismo”, dijo Beeho Chun, embajador de Corea del Sur en México.
Beeho hizo estas declaraciones el miércoles en la Ciudad de México, en una reunión con José Calzada, titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), y el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Bosco de la Vega.
En junio de 2016, el diplomático dijo que ambos gobiernos tienen la oportunidad de concluir el TLC antes de las elecciones presidenciales de México del 2018 y de las elecciones presidenciales de su país, en noviembre del 2017.
“Éste sería un buen momento para iniciar y concluir las negociaciones, y suscribir un TLC”, dijo en aquel entonces.
Behoo expuso que las negociaciones de un TLC bilateral fueron suspendidas en el 2008 y que una de las principales razones de ello fue la falta de inversiones coreanas en México, lo que ha sido resuelto con los 3,000 millones de dólares que gastará la coreana Kia en un complejo de producción de autos en Nuevo León.
La reactivación del TLC se acordó en la visita de Estado de la presidenta coreana, Park Geun-hye, a México en abril de 2016 y, de hecho, fue el asunto más relevante que trató con el presidente Enrique Peña Nieto.
Corea del Sur esperaba que las negociaciones arrancaran en octubre del 2016, con la expectativa de que la apertura comercial enfrentará esta vez menores resistencias de sectores industriales mexicanos, sobre todo del automotriz y siderúrgico, quienes se opusieron a una liberalización bilateral en el 2008.
En 2016, México exportó productos a Corea del Sur por 2,503 millones de dólares, mientras que sus importaciones originarias de ese país asiático fueron por 13,619 millones de dólares.
El superávit comercial coreano se explica porque gran parte de las importaciones mexicanas corresponden a insumos que se integran a productos finales que produce México para su mercado doméstico o para la exportación.