Las empresas automotrices comercializaron 35,856 vehículos de lujo en el primer semestre de 2016, un alza interanual de 17.6%, informó la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
Este dinamismo fue superior al incremento de las ventas de autos subcompactos (15.3%), compactos (16.6%) y de camiones pesados (-2.4%), comparando los mismos periodos.
De enero a junio de 2016, los segmentos que presentaron un comportamiento todavía mejor que el de autos de lujo fueron: los coches deportivos (33.4%), los vehículos de usos múltiples (23.8%) y los camiones ligeros (21.8 por ciento).
México ha atraído inversiones para la producción de autos de alta gama, lo mismo de las empresas alemanas BMW, Volkswagen (Audi) y Daimler (Mercedes-Benz), que de la japonesa Nissan (Infiniti) y la estadounidense Ford (Lincoln MKZ).
Para la industria automotriz mexicana esta historia de éxito comenzó en el 2012, cuando Volkswagen dio a conocer sus planes para construir la planta de Audi en San José Chiapa.
En ese mismo año, Ford anunció una inversión por 1,300 millones de dólares para ampliar la producción de los modelos Fusion y Lincoln MKZ en la planta de Hermosillo, Sonora.
BMW construye también su primera planta de ensamblaje en México, con una producción inicial de al menos 150,000 unidades y una inversión de alrededor de 1,000 millones de dólares.
Según AT Kearney, la instalación de plantas de autos de lujo es una oportunidad para incrementar el valor agregado en los vehículos producidos en México, dada la llegada de más proveedores de autopartes extranjeros.