A nivel mundial, se espera un aumento de la demanda de petróleo a medio plazo, ya que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé un crecimiento de 1.7 millones de barriles diarios (o mb/d) en 2022 y otro de 2.1 mb/d en 2023, a pesar de los altos precios del petróleo y la preocupación por la salud de la economía mundial.
También se proyecta que gran parte de este crecimiento sea impulsado por los países no pertenecientes a la OCDE y, en particular, por China.
Aunque las estrictas restricciones han limitado la demanda china de petróleo durante gran parte del año pasado, en las últimas semanas se han reducido las restricciones, y es probable que cualquier movimiento significativo o sostenido en esa dirección requiera un aumento de las importaciones de petróleo en China.
Al mismo tiempo, la oferta mundial de petróleo está aumentando, impulsada tanto por fuentes de la OPEP como de fuera de ella, y la AIE prevé un aumento de 1,8 mb/d en la producción mundial de petróleo entre junio y diciembre de 2022.
Sin embargo, según la empresa Teekay, queda por ver cómo se verán afectadas la oferta y las exportaciones de petróleo ruso una vez que entre en vigor el embargo de la Unión Europea sobre las importaciones de crudo ruso a finales de 2022.
Además, las preocupaciones en torno a la salud de la economía mundial debido a la subida de los tipos de interés y la inflación, y la posibilidad de que se produzcan nuevos bloqueos de Covid-19 en China, son áreas clave de incertidumbre en los próximos meses.
Demanda de petróleo
En resumen, en los últimos meses se han registrado unos precios medios al contado significativamente más altos en términos interanuales y un retorno de la volatilidad del mercado de petroleros impulsado por los cambios en los patrones comerciales y las mayores distancias de viaje en los sectores de tamaño medio; prevemos que esta volatilidad continuará a corto plazo.
De cara al futuro, los fundamentos de la oferta y la demanda de petroleros parecen muy positivos para Teekay, con los mejores fundamentos de la oferta de la flota en más de 25 años y un crecimiento constante de la demanda a medida que el consumo mundial de petróleo sigue recuperándose de la pandemia del Covid-19.
