La economía mundial comenzó este año con una base más sólida y se espera que crezca moderadamente durante el horizonte de proyección del Banco Central Europeo (BCE), con cierto repunte en 2025.
En el primer trimestre de 2023, la economía mundial siguió caracterizándose por los principales retos de 2022, como la actual pandemia de Covid-19, la guerra en Ucrania, el aumento de la inflación y las subidas de los tipos de interés.
Estos desafíos han tenido un impacto significativo en el crecimiento económico, el comercio y la inversión.
El crecimiento del PIB mundial (excluida la zona del euro) sorprendió al alza en el primer trimestre de 2023, con un crecimiento mejor de lo previsto tanto en China, en relación con una recuperación más temprana y fuerte de lo esperado tras el levantamiento de las restricciones por pandemia, como en Estados Unidos, en el contexto de un mercado laboral resistente.
Las consecuencias de los problemas del sector bancario estadounidense a principios de marzo provocaron un breve periodo de tensión aguda en los mercados financieros mundiales.
Desde entonces, sin embargo, la mayoría de las clases de activos han recuperado sus pérdidas a pesar de la persistente incertidumbre. Se prevé que la economía mundial (excluida la zona euro) crezca un 3,1% este año y el próximo.
El BCE prevé que el crecimiento aumente hasta 3.3% en 2025.
Economía mundial
A pesar del impulso positivo de la actividad económica, el comercio mundial sigue siendo débil, ya que la composición de la demanda mundial se está volviendo menos intensiva en comercio, pero a medio plazo debería evolucionar más en consonancia con el crecimiento del PIB real.
La actual baja intensidad comercial del crecimiento refleja la interacción de varios factores, como el cambio pospandémico de los patrones de consumo hacia los servicios y en detrimento de los bienes, y una menor inversión debido a la subida de los tipos de interés.
En consecuencia, el BCE prevé que el comercio mundial crezca 1.3% en 2023, un ritmo notablemente inferior a su media a largo plazo y también al crecimiento mundial.
Dado que se espera que la composición de los patrones de consumo en las economías avanzadas se normalice gradualmente durante el horizonte de proyección, con una recuperación de la inversión, el comercio mundial debería aumentar a tasas sólo ligeramente superiores a las del crecimiento mundial en 2024 y 2025.
La demanda exterior de la zona del euro seguirá una trayectoria similar, creciendo 0.5% este año y aumentando hasta 3.1% en 2024 y 2025.
Las proyecciones relativas al comercio mundial y a la demanda exterior de la zona del euro se han revisado a la baja para este año -debido en gran medida a los considerables efectos de arrastre negativos derivados de los resultados comerciales más débiles de lo estimado anteriormente a finales de año- y se mantienen prácticamente sin cambios para los años siguientes.