La suscripción y eventual entrada en vigor del Acuerdo Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés) constituye parte de la estrategia de las autoridades mexicanas para enfrentar el actual proceso de modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), opinó la consultoría Iqom.
En particular, ello enviaría el mensaje de que, en ausencia del TLCAN, México continuará abriendo mercados, en detrimento de los productores y exportadores estadounidenses.
El 3 de abril de 2018, el presidente de México, Enrique Peña, envío al Senado de la Republica, el CPTPP para su análisis y aprobación.
De conformidad con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los tratados internacionales deben ser firmados por el Presidente de la República, o en su caso por un plenipotenciario designado por éste, y posteriormente aprobados por el Senado de la República para su eventual entrada en vigor.
La entrega del CPTPP al senado constituye el último paso por parte de México para la aprobación del Acuerdo. Con objeto de que el CPTPP entre en vigor, habrá que esperar a que, al menos, seis de los 11 miembros o el 50% lo ratifiquen para que inicie un periodo de 60 días para la entrada en vigor para dichos miembros.
Según Iqom, el principal motivo de México tras la negociación del CPTPP es el envío de una señal a la Administración de Estados Unidos en el sentido de que los 11 países que integran esta iniciativa continúan comprometidos con el proceso de liberalización comercial.
La decisión de los países CPTPP de suspender la aplicación de una serie de disciplinas que resultan de interés prioritario de la Unión Americana tiene por objeto evitar otorgar este tipo de protecciones a Estados Unidos.
El CPTPP está conformado por Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.