La Representación Comercial de Estados Unidos (USTR) inició un diálogo directo con la República Popular de China (RPC) sobre su preocupación por las distorsiones y desequilibrios en la relación bilateral.
Desde la perspectiva de la USTR, esto incluye el incumplimiento por parte de la RPC de los compromisos de compra detallados en el “Acuerdo de Fase Uno”, así como las prácticas centradas en el Estado y ajenas al mercado no abordadas en el acuerdo de Fase Uno.
La USTR considera que es importante que Estados Unidos luche por los agricultores y las empresas que se benefician de esas obligaciones y compruebe hasta qué punto la RPC estaba comprometida con las obligaciones que firmó.
Sin embargo, con el tiempo y para la USTR, quedó claro que la RPC sólo cumpliría aquellas obligaciones comerciales que se ajustaran a sus propios intereses.
Este es un patrón familiar con la RPC, desde sus acciones en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y en varios diálogos bilaterales de alto nivel. Estados Unidos ha buscado y obtenido repetidamente compromisos de Pekín, sólo para descubrir, según la USTR, que “el seguimiento o el cambio real siguen siendo esquivos”.
La USTR sigue manteniendo la puerta abierta a las conversaciones con la RPC, incluso sobre sus compromisos de la Fase Uno.
Sin embargo, reconoce las limitaciones del Acuerdo.
USTR
La estrategia de la USTR va más allá de presionar a Pekín para que cambie e incluye la defensa enérgica de los valores e intereses económicos de Estados Unidos frente a los efectos negativos de las políticas y prácticas económicas desleales de la RPC.
En sus propias palabras, la USTR ha profundizado en su comprensión de cómo estas políticas y prácticas afectan a los trabajadores e industrias estadounidenses, así como a los correspondientes de los aliados y socios de Estados Unidos, y a la resistencia de la cadena de suministro global.
El gobierno estadounidense destacó lo que ocurrió en las industrias siderúrgica y solar cuando los mecanismos existentes eran “demasiado lentos o inadecuados” para abordar eficazmente las distorsiones provocadas por la focalización de la RPC en esos sectores.
Mientras tanto, añadió la USTR, Pekín tiene en el punto de mira sectores industriales críticos y de alta tecnología, como los vehículos eléctricos, las baterías, los semiconductores y otros.
Para garantizar que las industrias estadounidenses sigan siendo competitivas, la USTR plantea que se debe desarrollar nuevas herramientas nacionales destinadas a defender los intereses económicos y realizar inversiones estratégicas en la economía.
Socios comerciales
Ya Estados Unidos, según la evaluación de su propio gobierno, ha logrado avances significativos a través del Plan de Rescate Americano, el enfoque de la Administración en la resiliencia de la cadena de suministro, la Oficina Made in America y la Ley Bipartidista de Infraestructuras.
También el Presidente reconoce que la capacidad de Estados Unidos para defenderse de las prácticas económicas desleales de la RPC requiere que las economías de mercado democráticas actúen de forma concertada para hacer frente a políticas y prácticas que son fundamentalmente contrarias al sistema comercial mundial moderno.