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El futuro del Internet corre peligro

21 junio, 2016
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El costo de la ciber-delincuencia puede alcanzar 445,000 millones de dólares en 2016, de acuerdo con un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

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¿Qué pasaría si los 3,000 millones de personas que actualmente están fuera de línea permanecieran desconectados, sin oportunidades de hacer negocios o siquiera buscar información en internet?

Cada vez más, los datos de propiedad e información personal se copian y se vuelven a utilizar de manera ilegal; servicios críticos en línea y otros se ven perturbados por vía electrónica; los sistemas son borrados o destruidos, y agentes maliciosos sofisticados -incluyendo las agencias estatales- a menudo no se detectan a pesar de ser muy activos.

También ocurren violaciones de privacidad invasivas y abuso en línea, ya sea como resultado de la recopilación masiva de datos corporativos o como la vigilancia del gobierno o privada sin restricciones.

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La OCDE pide imaginar no poder conectarse con la gente ni tener acceso a la información en el Internet desde cualquier lugar del mundo. O que intereses privados o los gobiernos tengan acceso libre a la información personal.

Estos son escenarios posibles extremos, pero que si no se actúa de inmediato, según la OCDE, el futuro de una red informática incluyente, abierta, segura y confiable corre peligro.

La necesidad de abordar estos problemas es el mensaje central del One Internet, el informe final con recomendaciones de la Comisión Global sobre la Gobernanza de Internet dado a conocer este martes en la Reunión Ministerial de la OCDE sobre Economía Digital en Cancún, México.

El informe de la Comisión, presidida por el ex primer ministro sueco Carl Bildt, contiene una serie de recomendaciones concretas esenciales para salvaguardar el futuro del Internet.

“La internet está en una encrucijada. Las amenazas a la privacidad y el riesgo de que la internet se derrumbe son reales,” dijo Bildt.

“Si deseamos un futuro en el que la web continúe brindando oportunidades como factor de impulso del crecimiento económico, la libertad de expresión, la igualdad política y la justicia social, entonces los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado deben elegir proactivamente ese futuro y, por consiguiente, tomar las medidas necesarias para alcanzarlo, agregó.

Hoy el internet toca prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas y se ha convertido en la infraestructura más poderosa del mundo. Su importancia sólo crecerá junto con la “internet de los objetos” (Internet of Things).

Sin embargo, el acceso a los servicios esenciales de la red informática corre peligro; la gente no confía en que sea segura, y la tecnología subyacente requiere ya una actualización importante.

El Internet puede perder su capacidad para favorecer la innovación y muchos de los avances o beneficios que hemos registrado en las dos últimas décadas podrían verse eliminados.

“Una internet saludable es aquella en la que los datos y la información fluyen libremente, donde se eliminan los obstáculos al acceso libre, donde se protegen los datos personales y comerciales reservados o delicados, y donde la infraestructura técnica que posibilita todo esto es estable”, dijo Bildt.

“No obstante, la única manera de lograrlo será si los gobiernos, las empresas y la sociedad civil se comprometan a trabajar conjuntamente en favor de un nuevo modelo de gobernanza de la internet.”

One Internet aborda una amplia gama de asuntos relacionados con la gobernanza de la internet. Aún más importante, la Comisión resalta la necesidad de que todas las partes de la sociedad alcancen un nuevo pacto social como la base para la gobernanza del internet, mismo que habrá de incluir principios tales como:

Los gobiernos no deben requerir que terceros debiliten o comprometan las normas en materia de encriptación a través de “puertas traseras” ocultas en la tecnología.

Las empresas no deben convertirse en el brazo ejecutor de los gobiernos. Los actores privados deben publicar informes de transparencia que muestren la cantidad del contenido que se está restringiendo o bloqueando en respuesta a las solicitudes por parte de los gobiernos, junto con la forma y la razón por la que se está bloqueando.

Los gobiernos deben negociar una lista de objetivos que estén fuera del alcance de los ataques cibernéticos.

Los consumidores deben contar con la libertad de elegir los servicios que emplean y poder intervenir más respecto al uso que los proveedores de servicios “gratuitos” dan a sus datos para fines para comerciales. No se les debe excluir del uso de software o de servicios consuetudinarios como resultado de las inquietudes que puedan tener sobre la forma en que se utilizarán sus datos personales.

Los mercados de seguros deben favorecer un clima para asegurar que se recompensen adecuadamente las mejores prácticas en materia de protección y seguridad de datos.

Debido a su impacto en la opinión y la conducta humana, los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado necesitan unir sus fuerzas para entender los efectos de los algoritmos en el contenido públicamente disponible en línea.

Debe haber una evolución continua en un proceso de gobernanza de la internet abierto, con participantes múltiples y de base amplia, a fin de garantizar la existencia de una internet global unificada.

La Comisión es una iniciativa de dos años del Centro para la Innovación en Gobernanza Internacional (CIGI, por sus siglas en inglés) y Chatham House, dos grupos de estudio independientes que convocaron a 29 comisionados y 45 consejeros de investigación con el propósito de articular y promover una visión estratégica para la gobernanza de la internet.

 

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