El papel del dólar ha empoderado a la economía de Estados Unidos, al ser una moneda de reserva dominante en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial.
Al igual que la renta variable estadounidense y por algunas de las mismas razones, el dólar estadounidense ha tenido un comportamiento espectacular en la última década.
Una moneda de reserva es una divisa que poseen los bancos centrales en cantidades significativas.
También se utiliza ampliamente en el comercio internacional y en las transacciones de inversión.
Hoy en día, el dólar sigue siendo la principal moneda utilizada en las transacciones transfronterizas, mantenida por los bancos centrales como reserva y negociada en los mercados de divisas.
De acuerdo con un análisis del Congreso estadounidense, el papel del dólar refleja la confianza mundial en la Reserva Federal (Fed) como institución y en la economía y los mercados financieros estadounidenses en general.
El análisis indica que el papel global del dólar también refleja el continuo liderazgo económico y financiero global de Estados Unidos, a la vez que la Fed ha demostrado sistemáticamente su capacidad y voluntad de asumir los costos de respaldar el sistema financiero mundial, especialmente durante las crisis.
El papel del dólar
Más recientemente, las acciones de la Fed para proporcionar liquidez en dólares a la economía mundial estabilizaron los mercados internacionales durante la pandemia de Covid-19.
El dominio del dólar estadounidense en las transacciones transfronterizas permite a Estados Unidos una visibilidad única y palancas de influencia a través de medidas políticas como las sanciones financieras que impiden el acceso al sistema financiero estadounidense o el uso del dólar estadounidense en el comercio internacional.
Las sanciones, impuestas por objetivos de política exterior o de seguridad nacional, restringen el acceso al sistema financiero y de pagos de Estados Unidos, generalmente necesario para procesar las transacciones en dólares.
Desde Bretton Woods, la combinación del colapso inmobiliario y bancario de 2008-2009 y las múltiples rondas de QE/ZIRP habían llevado al dólar estadounidense a su nivel más débil en términos efectivos reales.
Desde este punto de partida tan bajo, el dólar estalló en un espectacular mercado alcista de 11 años apoyado en los últimos dos años por un recalentamiento de la economía y una Reserva Federal cada vez más agresiva.
Morgan Stanley Institutional Fund cree que el mercado alcista del dólar ha llegado a su fin y que ha comenzado un mercado bajista.
El catalizador de este giro fue el triple pico de la inflación, las expectativas de la Reserva Federal y los rendimientos de los bonos en el cuarto trimestre.
Según el fondo, la tendencia hacia un dólar estadounidense más débil continuará a medida que el crecimiento no estadounidense mejore a lo largo de 2023 y los bancos centrales no estadounidenses endurezcan su política monetaria.
Una recesión a finales de 2023 o 2024 sentenciaría el mercado bajista del dólar estadounidense, pero aún queda mucho para eso: es probable que se produzcan múltiples repuntes del mercado bajista del dólar durante el próximo año, pero la tendencia de la última década se ha invertido.