El peso mexicano cerró el primer trimestre con una depreciación de 25.07% o 4 pesos y 75 centavos, cotizando alrededor de 23.67 pesos por dólar, siendo la mayor caída trimestral del peso desde el primer trimestre de 1995 cuando se depreció 33.10%, después del error de diciembre.
Cabe recordar que en diciembre de 1994 se cambió el régimen cambiario a libre flotación. La depreciación del peso se concentró en marzo, acumulando una caída mensual de 20.51% o 4 pesos y 3 centavos.
Durante el mes, la volatilidad del tipo de cambio subió a 25%, siendo su mayor nivel desde noviembre de 2016, cuando en Estados Unidos se llevaron a cabo las elecciones presidenciales que dieron el triunfo a Donald Trump. La depreciación acelerada del peso se debió a los siguientes factores:
El coronavirus, que había ocasionado estragos regionales en China durante enero y las primeras semanas de febrero, se convirtió en una pandemia, con consecuencias negativas severas para la economía global.
El número de contagios creció exponencialmente y los gobiernos alrededor del mundo implementaron medidas de contención que han implicado el cierre de negocios, la caída del sector turismo, el cese de vuelos internacionales en varios países y el cierre de algunas fronteras.
Lo anterior, elevó la percepción de riesgo sobre aquellos países más sensibles a los choques económicos, como las economías emergentes y en particular México, que ya se había contraído 0.1% en 2019 ante la implementación de medidas de política económica poco ortodoxas que afectaron principalmente la inversión.
Por lo anterior, es probable que la economía mexicana se contraiga entre 3 y 5% durante 2020, quedando abierta la puerta a un deterioro mayor.
El peso y el petróleo
Se observó una caída importante de los precios del petróleo. El WTI registró un retroceso trimestral de 67%, cotizando en 20.15 dólares por barril, mientras que la mezcla mexicana de exportación cotizó en un mínimo de 10.37 dólares por barril, nivel no visto desde febrero de 1999. Los menores precios del petróleo fueron consecuencia de una guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia, países que dejaron de cooperar en la OPEP+ y se enfocaron en inundar el mercado.
Lo anterior tiene el objetivo de recuperar participación de mercado que ha ganado Estados Unidos, país que se convirtió en el mayor productor de crudo a nivel global, gracias a que el acuerdo OPEP+ logró que el precio del WTI se mantuviera en promedio por arriba de 57 dólares por barril entre 2017 y 2019.
Los menores precios del petróleo implican un riesgo para Pemex y para las finanzas públicas de México, lo que derivó en un recorte a las calificaciones crediticias de la deuda soberana y de Pemex por parte de S&P Global, ubicándolas en BBB, a dos nodos de perder grado de inversión.
Calificaciones
Se comenzó a observar una salida moderada de capitales del país. De su nivel máximo en el año el 21 de febrero, la tenencia de valores gubernamentales por parte de extranjeros acumuló un retroceso de 140.6 mil millones de pesos al 20 de marzo, lo que equivale a una disminución de 6.3%. A pesar de esto, la salida de capitales ha estado limitada por la rápida depreciación del peso mexicano, lo que dificulta la liquidación de posiciones de extranjeros en instrumentos en pesos.
Hacia adelante, persiste el riesgo de más salidas de capitales, a medida que se de a conocer el impacto económico del coronavirus, lo que probablemente derive en recortes adicionales a la calificación crediticia de México y Pemex.
En los mercados financieros internacionales se observó un incremento del nerviosismo, propiciando pérdidas generalizadas en los mercados de capitales y caídas en los precios de las materias primas. En el mercado cambiario también hubo otras depreciaciones significativas.
El peso y otras monedas
El real brasileño se deprecio 29% durante el primer trimestre, siendo la mayor caída trimestral desde el cuarto trimestre de 2002, mientras que el rand sudafricano se depreció 27.2%, el mayor retroceso trimestral desde el cuarto trimestre de 2001.
También las divisas de economías avanzadas como el dólar canadiense y la libra esterlina se depreciaron 8.5% y 6.4% trimestral respectivamente, caídas no vistas desde 2015 para el dólar canadiense y 2016 para la libra.
En abril, los mercados financieros seguirán atentos al avance de la pandemia del coronavirus particularmente en Estados Unidos y en economías emergentes. Asimismo, serán claves los datos económicos de crecimiento para el primer trimestre, pues será la evidencia del impacto inicial de la pandemia en China y en Europa.
En el trimestre, el tipo de cambio tocó un mínimo de 18.5237 pesos y un máximo de 25.4583 pesos. El euro-peso alcanzó un mínimo de 20.0368 y un máximo de 27.3511 pesos por euro en las cotizaciones interbancarias a la venta. Por su parte, el euro tocó un mínimo de 1.0636 y un máximo de 1.1495 dólares por euro.
Al cierre, las cotizaciones interbancarias a la venta se ubicaron en 23.8018 pesos por dólar, 1.2420 dólares por libra y en 1.1033 dólares por euro.
Gabriela Siller; PhD
Director de Análisis Económico-Financiero.
Banco BASE