Estados Unidos fue el principal exportador de cereales del mundo en 2022, con 31,549 millones de dólares, un crecimiento de 3.9% interanual.
Antes, su trayectoria exportadora se mostró así: 2019 (16,924 millones de dólares), 2020 (19,339 millones) y 2021 (30,353 millones).
Otros gigantes exportadores en el mundo fueron Argentina, India, Ucrania, Australia, Rusia y Canadá, de acuerdo con la OMC.
Los cereales son un conjunto de semillas que pertenecen a la familia conocida como gramíneas. Esta familia es muy extensa, e incluye al trigo, arroz, maíz, avena, cebada, sorgo y centeno, entre otros.
Las exportaciones estadounidenses de estos productos se dirigen sobre todo a China, México, Japón, Canadá y Colombia.
Exportador de cereales
En 2022 (enero-octubre), 75% en volumen y 86% en valor del total de las exportaciones estadounidenses de productos agrícolas y afines a México se enviaron por vía terrestre a través de la frontera México-Estados Unidos.
Durante el periodo mencionado, según el USDA, los puertos estadounidenses de Nueva Orleans, Houston-Galveston y Mobile representaron el restante 24% del volumen y 13% del valor.
Sobre todo, se trata de envíos a granel de cereales y semillas oleaginosas, transportados por vía marítima a través del Golfo de México.
Otros puertos marítimos y aeropuertos estadounidenses manejan menos de 1% de las exportaciones agrícolas estadounidenses a México.
En cuanto al comercio hacia el norte, las exportaciones de México a Estados Unidos están más orientadas a los envíos terrestres, dada la mayor proporción de productos frescos y de consumo que se transportan por camión.
En los últimos años, las cadenas de suministro alimentario y agrícola de México y Estados Unidos se han vuelto cada vez más integradas, eficientes e interdependientes en ambas direcciones.
La frontera entre México y Estados Unidos es una de las más transitadas del mundo en términos de comercio, con miles de camiones de carga que la cruzan diariamente, así como múltiples cruces ferroviarios de carga.
El comercio hacia el sur, especialmente los envíos de cereales y semillas oleaginosas, depende en gran medida del tráfico ferroviario transfronterizo, así como del transporte marítimo a través del Golfo de México.
