El problema de fondo no son las importaciones de acero de Estados Unidos, sino la sobrecapacidad mundial para producir ese metal, afirmó Ildefonso Guajardo, secretario de Economía.
“El hecho de que Estados Unidos haya llegado a una determinación demasiado pronto para actuar de esta forma unilateral, sí cambia las cosas, porque una cosa es dirigir tu estrategia con los principales problemas, que son el exceso de capacidad, a hacerlo generalizado”, refirió Guajardo, en una entrevista radiofónica, sobre los aranceles a las importaciones estadounidenses de acero.
De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) de México, la industria siderúrgica enfrenta un problema estructural. La aplicación de fuertes e importantes subsidios a las empresas chinas por parte de su gobierno ha originado una fuerte sobrecapacidad instalada y la posibilidad de ofrecer en su mercado precios muy preferentes a los del resto del mundo.
Estos subsidios generaron una masiva migración de fábricas hacia China del resto del mundo y una gran transferencia de empleos manufactureros, derivados de las cadenas de valor del acero.
La sobreproducción de acero en China ocasionó condiciones insostenibles en el mercado y una agresividad en sus exportaciones a través de reducciones en los precios muy por debajo de los costos de producción, lo que generó cierres de plantas y pérdidas importantes en los niveles de empleo fuera de China, mientras que los molinos chinos sobrevivían con base a subsidios y apoyos de su gobierno.
“Estuve personalmente en Washington diciendo que México y Canadá compramos conjuntamente 80% de su acero, sería muy poco inteligente que nos aplicaran estos aranceles; reconocemos que hay un problema en el mundo, el exceso de capacidad, sobre todo proveniente de Asia; por ello creamos el Foro Global del Acero, para tratar de convencer a los chinos de restringir su exceso de capacidad”, dijo Guajardo.
Este jueves, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso aranceles de 25% a las importaciones estadounidenses de acero y de 10% a las de aluminio, argumentando preocupaciones de seguridad nacional.
Tras establecer una cláusula temporal que exime a México y Canadá, Trump dijo que las excepciones permanentes a estos aranceles podrían incluirse en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dependiendo de lo que México y Canadá estén dispuestos a comprometer. Los aranceles no se aplicarían, por tanto, durante el proceso de renegociación.
“Eso fue una frase de buena voluntad del presidente (Trump), apreciando que ahí van las negociaciones; pero nosotros no lo tomaríamos bajo ninguna circunstancia como un tema que nos lleve a cambiar nuestro posicionamiento en la mesa de negociaciones”, agregó Guajardo en la radio.