Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, declaró que el impedimento para alcanzar un acuerdo en principio sobre la actualización del TLCAN no es el sector automotriz, sino en las demandas radicales de Estados Unidos.

“Creo que en el sector automotriz pudieran darse los elementos para llegar a un acuerdo que sea balanceado y que nos sirva a todos; el problema es que tienes una serie de elementos adicionales que están cambiando la naturaleza de lo que debe ser un acuerdo comercial, por ejemplo, el no tener un Capítulo 11 o tenerlo a medias.

“O meterle incertidumbre al capítulo que resuelve disputas Estado-Estado para hacer que el acuerdo se cumpla; o la cláusula de terminación. Entonces, es ahí donde se están buscando soluciones que den certidumbre a lo que estamos negociando”, dijo.

Varios exfuncionarios del gobierno de México, entre ellos el expresidente Ernesto Zedillo; el exsecretario de Industria y Comercio (hoy Secretaría de Economía), Jaime Serra Puche; el extitular de la Comisión Federal de Competencia (hoy Comisión Federal de Competencia Económica), Eduardo Pérez Motta, y el exsubsecretario de Comercio Exterior, Luis de la Calle, han dicho que es mejor la salida de Estados Unidos del TLCAN a tener una mala renegociación.

“Obviamente esas cosas (las píldoras venenosas) nosotros no creemos que abonen a la certidumbre; no creemos tampoco que sean propuestas que vayan a generar más comercio entre nosotros, más oportunidades. De hecho, va a restringir ambas”, cuestionó Juan Carlos Baker, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía.

En las reglas de origen del sector automotriz, Estados Unidos está impulsando medidas restrictivas al comercio, al pedir que 40% del contenido de un automóvil o 45% de una camioneta pick up se fabrique utilizando mano de obra pagada de 16 dólares o más por hora para tener derecho a ser exportados sin cobro de aranceles en el marco del TLCAN, un umbral en el que México está bastante lejos de cumplir, con pagos por alrededor de 3 dólares la hora.