La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) forma parte de una disrupción a nivel mundial en materia comercial y económica, destacó Ildefonso Guajardo, secretario de Economía.
En el fondo, según él, los nuevos desafíos del mundo no se limitan a un “cambio electoral”, sino a una disrupción mayor.
Los ministros de comercio se reúnen aproximadamente cada dos años para avanzar en acuerdos multilaterales sobre el comercio internacional y se han retrasado en aprobar la llamada Ronda de Doha, en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La Ronda de Doha inició noviembre de 2001 y establece el mandato para las negociaciones, entre ellas las relativas a la agricultura, los servicios y un tema de propiedad intelectual, que habían comenzado antes.
Entre los principales propósitos de la Ronda Doha están liberalizar el sector agrícola y eliminar subsidios distorsionantes, así como dar un mayor apoyo a naciones en desarrollo o menos adelantadas. Con el entrampamiento de este proceso, los ministros se han enfocado a impulsar acuerdos de menor alcance.
A la falta de resultados para concluir la Ronda de Doha, Guajardo dijo que se une el disgusto de las clases medias y trabajadoras tanto de países desarrollados como en desarrollo.
“Eso no está asociado a un personaje, a una elección, aquellos que crean que si libramos dos años o, en el peor caso, seis años, se acabaron los problemas de México en nuestra relación bilateral, están totalmente equivocados”, opinó Guajardo, en referencia a la presidencia de Donald Trump y a la posible reelección de éste.
La Administración Trump argumenta que el enfoque bilateral permite a los Estados Unidos utilizar su influencia económica y centrarse en las prioridades de Estados Unidos.
Mientras tanto, el ex representante comercial de la Casa Blanca, Michael Froman, ha sugerido que las negociaciones multipartidarias pueden ofrecer más opciones para intercambios mutuamente beneficiosos y puede permitir a los países hacer concesiones políticamente desafiantes que podrían no ser posibles en las negociaciones individuales con Estados Unidos.
Otros sostienen que los acuerdos multipartidistas son más eficientes, lo que ayuda a evitar más reglas superpuestas en la red cada vez más compleja de acuerdos existentes.
Estados Unidos ha negociado e implementado acuerdos de ambos tipos: de sus 14 tratados de libre comercio vigentes, 12 son bilaterales y dos (El TLCAN y el TLC con Centroamérica (DR-CAFTA, por su sigla en inglés) son multipartidistas.