El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) es el principal documento legal que rige la relación de México, Estados Unidos y Canadá, y ha sido un éxito para los tres países, concluye Pierre Alarie, embajador de Canadá en México.
Entrevistado por diario mexicano El Economista, el diplomático considera que América del Norte seguirá integrándose inevitablemente, a pesar de los discursos antiglobalización, y que incluso el Brexit, la salida de Reino Unido de la Unión Europea, se enfoca hacia la inmigración más que a la integración económica.
Alarie destacó que Canadá y México han sostenido una política pro-libre mercado, pero ambos están “atrapados” por Estados Unidos en el sentido comercial, porque es muy fácil exportar a su vecino común.
En el plano de las inversiones, agregó, cada vez más las empresas están detectando y aprovechando las oportunidades bilaterales.
¿Qué importancia tiene el TLCAN?
El TLCAN es el centro de nuestra relación trilateral. Canadá acaba de terminar la negociación del tratado de libre comercio con la Unión Europea. La negociación está concluida, pero el acuerdo no está firmado.
En la relación bilateral, el TLCAN ha permitido a Canadá y a México multiplicar el comercio que tenemos entre los dos países, pero más que eso, nos permitió conocernos y atraer la inversión, la inversión mexicana en Canadá que casi no existía antes. Y eso es diferente, antes teníamos un comercio de exportación e importación. Ahora tenemos una integración económica entre los países de América del Norte y eso es muy diferente de lo que había antes.
El mejor ejemplo de eso es la industria automotriz de América del Norte. Ahora está totalmente integrada. Por decir una variante, hay diseño que se hace en Canadá, producción de autopartes de Estados Unidos que se envía a México, quien hace autos y los exporta a Estados Unidos y Canadá. El TLCAN, a mi juicio y a pesar de los que se está discutiendo ahora en Estados Unidos, es un éxito total para los tres países.
¿Se puede revertir esta integración?
Es inexorable, especialmente para países como Canadá y México, que son países que creen y operan en la globalización. En Canadá, 60% del Producto Interno Bruto depende del comercio. Cerrarse al mundo, cerrarse a la globalización, sería la muerte económica de Canadá. Yo estoy exagerando un poco cuando digo muerte, pero pasaría por una recesión.
Canadá, por su tamaño, por el tipo de economía que tiene de exportación, de ser un país minero que exporta, no podemos consumirlo todo. Tenemos un mercado de 36 millones de personas, insuficiente para crecer en términos económicos.
En los últimos seis años, Canadá es el país del Grupo de los 7 que ha crecido más cada año, porque estamos dirigiéndonos en términos de la exportación y la globalización, de la apertura de mercado. El tratado con la Unión Europea va a permitir un acceso más amplio. Ésta es la tendencia fuerte que hay en Canadá, y México también es un país muy abierto, con tratados de libre comercio con 46 países.
¿Qué implica el Brexit?
Creo que fue una reacción mucho más hacia la inmigración que hacia la integración económica. Si se escucha el discurso en Inglaterra es que quieren guardar el TLC, pero controlar las fronteras. Es un Brexit no económico, sino mucho más político.
¿México y Canadá se exportan mutuamente parte de la mercancía que les sobra después de atender el mercado de EU?
La verdad es que México y Canadá estamos atrapados con este vecino enorme que tenemos al centro, atrapados en el sentido comercial. Es muy fácil exportar a Estados Unidos. Es el aliado natural de la exportación y Canadá ha sido por muchos años un país que exportaba.
Los empresarios que iban a Estados Unidos, si les sobraba un poco de tiempo o de mercancía, miraban a China, México o Europa. Nosotros, por mucho tiempo, tuvimos hasta 80% de nuestras exportaciones que iban a Estados Unidos.
Hace como 15 o 20 años, los diferentes gobiernos canadienses empezaron un plan hacia la diversificación. No es que no queramos seguir exportando a Estados Unidos, queremos seguirlo haciendo, pero hay otros mercados en el mundo.
Y ahí justamente, con el acuerdo de libre comercio, despertamos nuestra visión hacia México, que es nuestro vecino regional. Todavía es un trabajo en progreso, no es un hecho terminado. Más y más empresarios canadienses ven a México como un destino primero de sus exportaciones.
Por ejemplo, 70% de la inversión extranjera en el sector minero en México es canadiense. Es una estrategia muy clara de las empresas canadienses en este sector. También hay 116 plantas canadienses de autopartes en México. Eso lo permitió el TLCAN, al cambiar la mentalidad en la apertura.
¿En dónde estaría el interés canadiense en sectores estratégicos y de desarrollo futuro?
La energía limpia es muy importante para el futuro de los dos países. Vamos a seguir en el sector minero. Vamos a seguir en el sector de defensa; creo que hay muchos intercambios que podemos hacer en ese nivel. Lo que no hay que olvidar es la energía, no necesariamente de petróleo y gas. Empresas como TransCanada ya están muy presentes en este país.
También en la transmisión eléctrica, donde Canadá tiene una experiencia muy importante, con provincias que tienen tecnología de energía limpia; hasta en la agricultura, donde hay muchas técnicas que se pueden intercambiar entre México y Canadá. El sector automotriz va a seguir creciendo.
¿Qué oportunidades existen en el sector de defensa?
Canadá es un experto mundial para extender la vida útil de su plataforma militar. En Canadá, en broma, dicen que Estados Unidos tira productos. Los canadienses tenemos helicópteros que fueron utilizados hace 40 años.
Hemos desarrollado tecnologías de modernización de nuestros equipamientos que podría utilizar México, porque tiene una industria, pero no tiene la tecnología para modernizar sus equipamientos y comprar ahora equipos es carísimo en el mundo.