El tráfico de especies silvestres es realmente un problema global que afecta a algunas de las especies más amenazadas del mundo, destaca un análisis del Parlamento Europeo.
Los países de África y América Latina son los principales países de origen, mientras que los países de Europa y América del Norte son los principales destinos.
Por su parte, los países de Asia son importantes tanto como países de origen como de destino.
Entre 2018 y 2019, TRAFFIC llevó a cabo una serie de entrevistas con delincuentes condenados, que declararon haber participado en una serie de actividades, a veces cumpliendo más de un papel a lo largo de la cadena de suministro de vida silvestre ilegal, incluyendo la cosecha, el transporte, el almacenamiento y el procesamiento, y la venta de productos a intermediarios nacionales o internacionales.
El comercio ilegal de especies silvestres debe integrarse en la prevención de la delincuencia, ya que no se trata únicamente de un problema medioambiental.
El Informe Mundial sobre los Delitos contra la Vida Silvestre 2020 de la ONUDD señala que el comercio ilegal de especies silvestres se reconoce cada vez más como un ámbito especializado de la delincuencia organizada. Implica a una serie de individuos que actúan como cazadores furtivos, contrabandistas, revendedores y compradores y está vinculado a otros delitos graves, como el fraude, la corrupción y el blanqueo de dinero, así como al tráfico transfronterizo de drogas y armas.
Especies silvestres
El Parlamento Europeo indica además que hay pruebas de que los delitos contra la vida silvestre pueden estar relacionados con el terrorismo. Las investigaciones financieras pueden ayudar a atajar el comercio ilegal de especies silvestres, pero todavía se utilizan poco. Un paso clave es reforzar las sanciones nacionales.
En 2016, la COP17 de la CITES recomendó que las Partes consideraran el tráfico ilegal de especies silvestres con participación de grupos organizados como un «delito grave».
En particular, la COP17 recomendó que el tráfico se castigue con penas de al menos cuatro años o más.
El ICCWC hizo un llamamiento a los países para que reconozcan los delitos contra la vida silvestre y los bosques como un grave delito organizado transnacional.
En 2018, la UNODC -en colaboración con la Secretaría de la CITES y otras organizaciones internacionales- elaboró una Guía sobre la redacción de legislación para combatir los delitos contra la vida silvestre.
También la UNODC ha creado la Base de Datos Mundial WISE sobre incidentes de incautación de vida silvestre.