El Consejo de Negocios Japón-Estados Unidos (JUBC, por su sigla en inglés) pidió al gobierno del presidente Donald Trump no aplicar aranceles globales a sus importaciones de productos automotrices.

El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, inició el 23 de mayo una investigación sobre si las importaciones de automóviles, camionetas, autopartes y camiones livianos representan una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, lo que podría concluir en la fijación de aranceles globales a esos productos.

El JUBC es una organización voluntaria compuesta por alrededor de 70 corporaciones y grupos japoneses que hacen negocios en Estados Unidos. Cada año, realiza la Conferencia Empresarial Japón-Estados Unidos en colaboración con su contraparte del lado estadounidense, el Consejo Empresarial de EU.-Japón.

El JUBC argumentó que estos aranceles probablemente tendrán un impacto económico serio no solo en los aliados estadounidenses, incluido Japón, sino también en Estados Unidos.

Adujo que existe la preocupación de que estos aranceles penalicen a los consumidores estadounidenses debido a los aumentos esperados en el precio de los bienes importados.

Además, los aranceles de importación a las piezas de automóviles conducirán a un aumento en el costo de producción de los vehículos estadounidenses, lo que podría dañar la competitividad internacional de los automóviles de Estados Unidos y las industrias relacionadas y conducir a un declive considerable de las exportaciones automotrices de ese país.

Debido a la cadena de suministro en forma de pirámide de la industria automotriz, así como a su tamaño y red de distribución, el efecto secundario en otras industrias sería “inmenso” y el impacto negativo de los aranceles de importación en la economía y el empleo de Estados Unidos sería “significativo”.

De hecho, ha habido una reacción generalizada contra estas tarifas por parte de varias industrias en Estados Unidos, incluida la industria automotriz.

En segundo lugar, el JUBC externó que le preocupa la justificación del Departamento de Comercio para estas tarifas en virtud de la Sección 232, por razones de seguridad nacional.

“Japón es un importante aliado y socio de Estados Unidos y comparte sus valores y principios básicos, como la libertad, la democracia, el estado de derecho, el respeto a los derechos humanos y la importancia de la economía de mercado. Japón no representa una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos y nunca lo será”, dijo.

Por el contrario, las empresas japonesas, incluidos los fabricantes de automóviles, han hecho contribuciones significativas a la economía de Estados Unidos mediante inversiones acumuladas que superan los 410,000 millones de dólares hasta 2017.

Además, proporcionan un estimado de 1.6 millones de empleos bien remunerados para los trabajadores estadounidenses directa e indirectamente en fabricación y otros sectores, y crean innumerables empleos indirectos, lo que tiene un impacto considerable en el empleo en los Estados Unidos.

En tercer lugar, es posible que los aranceles unilaterales provoquen un intercambio de medidas de retorsión y una extensión de las políticas proteccionistas en todo el mundo, lo que tendrá un efecto perjudicial en el comercio mundial y, posteriormente, en la economía mundial.