Un emprendedor que tiene confianza en sí mismo debe registrar la marca de su producto o servicio, para diferenciarse en un entorno de competencia creciente en todos los campos y porque el mundo se mueve en la economía del conocimiento.
“Una marca es como un hijo; tienes que registrarlos cuando nazcan”, dijo Miguel Ángel Margáin, director general del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Para efectos legales, una marca es considerada una forma de registro sobre cualquier símbolo utilizado para identificar de manera exclusiva uno o varios productos comerciales o servicios, de manera que sólo su dueño puede usarla.
“La recomendación es que cuando se está gestando o nazca un producto o servicio nuevo, se hagan todos los trámites para que esté registrado una vez que salga al mercado”, agregó Margáin.
Un emprendedor o empresario no puede ser considerado como tal, si no tienen en su mente la importancia de la propiedad intelectual, porque entonces ¿cómo va a llamar a sus propiedades?, ¿cómo se define? o ¿cómo lo buscan?
Para registrar una marca, se tiene primero que verificar si no hay alguna similar y presentar después la solicitud en la que se detallen las clases o tipos de productos y servicios que se desean proteger.
A diferencia del llenado en papel, el registro a través del formato digital impide al usuario avanzar si no completa el paso anterior, evitando así los posibles errores en la presentación de la solicitud.
El interesado debe registrar una cuenta en el Portal de Pagos y Servicios Electrónicos (PASE) y poseer una Firma Electrónica Avanzada vigente por el Sistema de Administración Tributaria.
Luego de completar el documento digital, el usuario deberá realizar de manera electrónica el pago de 2,851 pesos para solicitar el derecho de exclusividad del nombre durante 10 años.
Una vez que se recibe una notificación sobre la conclusión del trámite de solicitud, el IMPI tiene un plazo legal de seis meses para emitir una respuesta.
Ya con el visto bueno, la marca queda automáticamente registrada en las 112 naciones que integran el Protocolo de Madrid, un acuerdo al que México se sumó en el 2012.