El gobierno del presidente Donald Trump notificó el martes al Congreso estadounidense su intención de iniciar negociaciones comerciales con Reino Unido.
En general, se considera que la Unión Europea (UE) es una piedra angular de la estabilidad y la prosperidad de Europa, pero la unión enfrenta una serie de desafíos internos y externos.
Tal vez lo más notable sea el «Brexit»: la salida inminente de la UE del Reino Unido tras el referéndum público de junio de 2016 en el que los votantes británicos favorecieron el abandono del bloque en un 52-48 por ciento.
El país sigue siendo miembro de pleno derecho de la UE hasta que complete las negociaciones de retiro y abandone formalmente el bloque, lo que se espera que ocurra en marzo de 2019.
A través de una carta enviada al Congreso, la notificación representa el primer paso dentro de la legislación de la Autoridad de Promoción Comercial (TPA, por su sigla en inglés) para poder llevar a cabo un proceso legislativo acelerado.
En general, la misiva especifica que las negociaciones no iniciarán hasta que el país se salga de la Unión Europea e indica que se buscaría un acuerdo «ambicioso» que eliminaría las barreras arancelarias y no arancelarias de los bienes y servicios y desarrollaría «obligaciones de vanguardia para los sectores emergentes».
El Reino Unido y el Brexit
La falta de claridad sobre la futura relación comercial y económica posterior al Brexit entre la Unión y el Reino Unido agrega incertidumbre sobre las posibles concesiones mutuas en un acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea.
La UE está actualmente involucrada en complejas negociaciones con el Reino Unido sobre su salida pendiente.
En diciembre de 2017, la UE y el Reino Unido alcanzaron un acuerdo de principio que cubre los principales aspectos de tres temas prioritarios de retiro: la frontera irlandesa, los derechos de los ciudadanos del Reino Unido y de la UE, y el acuerdo financiero.
Las conversaciones comenzaron en marzo de 2018 sobre la futura relación del Reino Unido con la UE.