Los Estados Unidos son uno de los mayores productores mundiales de azúcar; su producción de azúcar de remolacha (de entre 55 y 60%) es algo mayor que la de azúcar de caña, de acuerdo con información de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La remolacha azucarera se cultiva en cuatro regiones (que abarcan 11 estados) y principalmente en rotación con otros cultivos, mientras que la caña de azúcar se cultiva en Florida, Louisiana y Texas.
Aunque el número de explotaciones de remolacha azucarera y caña de azúcar ha venido disminuyendo, la producción ha aumentado en general debido a una combinación de varios factores: mejora de las variedades de cultivos, utilización de nuevas tecnologías, ampliación de la superficie cultivada e inversión sustancial en nuevos equipos de elaboración.
Como resultado de las políticas nacionales aplicadas, los precios del azúcar de los Estados Unidos se han mantenido constantemente por encima de los precios mundiales de los contratos de futuros.
La Corporación de Crédito para Productos Básicos (CCC) otorga préstamos de comercialización con reembolso de exigibilidad limitada a los elaboradores de azúcar, que, a su vez, pagan a los cultivadores de remolacha azucarera y caña de azúcar a una tasa proporcional al valor del préstamo.
La Ley de Agricultura de 2018 fija las tasas de los préstamos para el azúcar refinado de remolacha (0.2538 dólares por libra) y el azúcar en bruto (0.1975 dólares por libra) para las campañas agrícolas de 2019 a 2023.
Producción de azúcar
Al final del plazo del préstamo (de un máximo de nueve meses), o en cualquier momento antes, los prestatarios pueden vender el azúcar y reembolsar los préstamos en su totalidad o, si los precios son muy bajos, ceder a la CCC el azúcar dado en garantía y amortizar así el préstamo.
No obstante, como resultado de las políticas nacionales aplicadas, la probabilidad de que no se reembolsen los préstamos es por lo general baja. También pueden utilizarse otros mecanismos, como el Programa de Flexibilidad en la Utilización de Materias Primas (FFP), para desviar los excedentes de azúcar para consumo humano.
Mientras que los participantes en el FFP transforman el azúcar en etanol, los elaboradores de azúcar vendido para consumo humano reciben cupos de comercialización, y la cantidad de la asignación global (OAQ) equivale a 85% por lo menos de la demanda interna estimada para la campaña de comercialización.
Los excedentes de azúcar producido en el país no pueden venderse en el mercado para consumo humano, y permanecen almacenados por cuenta del propietario.
Si un elaborador no puede comercializar la cantidad que se le ha asignado, esta puede ser reasignada a otros elaboradores del mismo estado y, si ello no permite eliminar el déficit, la cantidad restante puede asignarse a elaboradores de otros estados.
No existe ninguna disposición según la cual los déficits debidos a la subutilización de la OAQ deban reasignarse a elaboradores de azúcar de remolacha o viceversa.
Si, tras la reasignación, un déficit persiste, puede ser asignado a la CCC para que venda la cantidad pertinente del producto liberándolo de sus existencias y, de ser esto insuficiente, el déficit puede ser asignado a importaciones.