Estados Unidos redujo 21.1% su déficit comercial en el primer trimestre de 2023, a 240,547 millones de dólares, a tasa anual, considerando sólo productos y con cifras no ajustadas por estacionalidad, informó este jueves el Departamento de Comercio.
¿Cuáles economías aportaron más a ese saldo negativo? China (60,771 millones de dólares), la Unión Europea (46,341 millones), México (34,325 millones), Vietnam (23,289 millones) y Canadá (18,137 millones).
Al interior de la Unión Europea, Estados Unidos tuvo su mayor déficit comercial con Alemania, de 19,988 millones de dólares.
En todo 2022, Estados Unidos reportó un déficit en su comercio de productos de 1 billón 191,753 millones de dólares, un aumento de 9.3% sobre 2021.
De acuerdo con la Casa Blanca, el dólar estadounidense se fortaleció en 2022 frente a las monedas de sus principales socios comerciales, en particular otras economías avanzadas.
El índice amplio del tipo de cambio real de la Reserva Federal aumentó un 10.7% entre enero de 2022 y su máximo en octubre de 2022, retrocediendo a finales de 2022 para registrar un aumento interanual de 5,4% en diciembre de 2022.
La subida del dólar estuvo impulsada por el fuerte crecimiento de Estados Unidos y el aumento de los diferenciales de tipos de interés, así como por el atractivo de los activos estadounidenses como inversiones refugio mientras la invasión rusa de Ucrania avivaba la incertidumbre mundial.
El debilitamiento del dólar a finales de año refleja la señal de la Reserva Federal de que el ritmo de subidas de tipos se ralentizaría y los indicios de unas condiciones económicas relativamente sólidas en otras economías avanzadas.
Déficit comercial
Los tipos de cambio del dólar tienen una importante influencia en los patrones comerciales porque determinan el precio de los bienes y servicios estadounidenses en las monedas nacionales de los socios comerciales del país.
Cuando el dólar está fuerte, se necesitan más divisas para adquirir bienes y servicios denominados en dólares.
Al mismo tiempo, se reduce el coste en dólares que los compradores estadounidenses pagan por los bienes y servicios importados denominados en divisas, abaratándolos de hecho.
En igualdad de condiciones, estos cambios en los precios relativos incitan a los compradores estadounidenses a sustituir los bienes y servicios producidos en Estados Unidos por bienes y servicios producidos en el extranjero (es decir, importaciones), lo que agrava el déficit comercial de Estados Unidos.