Al enfrentar las repetidas amenazas de una guerra comercial de Estados Unidos, el gobierno chino afirmó reiteradamente su posición de principios de «no querer una guerra comercial, no tenerle miedo a una, y tener que luchar contra una cuando sea necesario», afirmó el Ministerio de Comercio de China, en un comunicado emitido el 12 de julio.

Que China se haya visto obligada a tomar medidas contrarias es una elección inevitable para defender el interés nacional y el interés global, y es perfectamente legítimo, razonable y legal, agregó.

De acuerdo con el Ministerio de Comercio, la parte china insistió en no disparar el primer tiro, y se vio forzada a tomar contramedidas recíprocas después de que Estados Unidos “comenzó” la guerra comercial.

“China hizo todo esto para defender su dignidad nacional y los intereses de las personas, defender los principios del libre comercio y el sistema multilateral de comercio y defender el interés común de los países de todo el mundo. El gobierno chino ya ha llevado las acciones unilaterales de Estados Unidos al Mecanismo de Solución de Controversias de la Organización Mundial de Comercio (OMC)”, indicó.

Concluyó que las medidas del gobierno chino, tanto bilaterales como multilaterales, para responder a las situaciones emergentes derivadas de las acciones unilaterales de Estados Unidos cumplen plenamente con el espíritu y los principios fundamentales del derecho internacional.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo ese mismo día: «Creo que vamos a terminar haciendo algo muy bueno con China». En la conferencia de prensa de clausura de la cumbre de la OTAN en Bruselas, agregó: «En este momento, estamos en una batalla comercial bastante desagradable, pero creo que finalmente funcionará. Realmente creo que tenemos una gran ventaja».

China ya ha contra-atacado a Estados Unidos con medidas restrictivas equivalentes en dos ocasiones, primero a un alza de tarifas que impactó compras externas estadounidenses de productos chinos por 3,000 millones de dólares y luego a un aumento de aranceles por 36,000 millones de dólares.