En 2018, el presidente Donald Trump impuso unilateralmente aranceles adicionales a las importaciones de aluminio y acero de Estados Unidos, basadas en motivos de «seguridad nacional», para mejorar la competitividad de las industrias nacionales relacionadas, como parte de su guerra comercial.
También utiliza los aranceles punitivos de miles de productos importados de China por prácticas comerciales supuestamente desleales relacionadas con la transferencia de tecnología, la propiedad intelectual y la innovación.
De acuerdo con un reporte difundido por el Parlamento europeo, ambas medidas apuntan a maximizar el apalancamiento de Estados Unidos para el déficit comercial estadounidense y preservar el liderazgo global de Estados Unidos.
Al recurrir a los usos raros del Congreso estadounidense, Trump ha cumplido su compromiso de campaña para buscar una política comercial libre, justa y recíproca.
Los aranceles estadounidenses han provocado tensiones comerciales cada vez mayores entre Estados Unidos y muchos de sus socios comerciales y han dado lugar a una guerra comercial de base amplia, añade el reporte.
Toma y cada
A su vez, los socios comerciales de Estados Unidos han respondido con represalias y con las quejas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que a su vez han invitado a las contra-represalias y contra-quejas de los Estados Unidos.
Los aranceles de importación de metales de Estados Unidos de aproximadamente 40,000 millones de dólares o 12% del total de las importaciones estadounidenses (a noviembre de 2018), que, a falta de un acuerdo a largo plazo, podría aumentar a cientos de miles de millones de dólares para cubrir todas las importaciones estadounidenses desde China.
El enfoque antiglobalista y de suma cero del comercio del presidente Trump se basa en su firme creencia de que Estados Unidos es un perdedor de la globalización y que el déficit comercial de los Estados Unidos es cuestionable, como en el caso de China, que representa el 46% del déficit comercial de Estados Unidos.
La nueva política comercial de Estados Unidos privilegia la aplicación unilateral de las leyes comerciales estadounidenses sobre la reglas de la OMC, que considera ineficaz para hacer frente a los enormes desafíos que plantea el modelo económico de China.
Guerra comercial y ascenso de China
Sin embargo, los aranceles estadounidenses a China no solo tienen que ver sobre el déficit comercial de Estados Unidos, sino sobre la contención del ascenso de China como «competidor estratégico», tanto en el ámbito económico como en el militar.
Estados Unidos espera que la adopción de las reglas de la OMC por parte de China haga que su economía de planificación central se convierta en una economía de mercado de estilo occidental, que simplemente no se materializa.
Como China, en el pasado reciente, ha estado aumentando rápidamente su escala de valor agregado, se ha expandido con Estados Unidos y la UE en la fabricación de alta gama basada en un modelo económico fundamentalmente diferente, intervencionista estatal.
Desde 2015, China ha impulsado su programa de políticas industriales liderado por el estado “Made in China 2025”, que establece objetivos ambiciosos para superar las tecnologías extranjeras y llevarlas a reemplazar tecnologías avanzadas, desafiando así el liderazgo tecnológico y militar los Estados Unidos.