Estados Unidos reduciría sus importaciones como consecuencia del endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal, destacó Catherine L. Mann, miembro del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra.
Mientras que los efectos internos del endurecimiento monetario están (relativamente) bien establecidos, el efecto neto sobre las economías del exterior es a priori ambiguo, según ella.
Por un lado, a través de la ralentización de la demanda interna de Estados Unidos, el endurecimiento monetario de este país reducirá la demanda de bienes y servicios producidos en el extranjero.
El canal de la demanda global provoca una ralentización de la actividad y desinflación.
Por otro lado, en igualdad de condiciones, un endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos debería apreciar el dólar frente a las monedas extranjeras, ya que la compensación por mantener activos denominados en dólares aumenta y los flujos de capital hacia Estados Unidos se incrementan.
Mann afirma que está bien documentado que el factor global está desproporcionadamente asociado a las condiciones macroeconómicas y financieras de Estados Unidos, debido al gran tamaño de la economía estadounidense, a la enorme importancia del dólar como moneda de reserva y de facturación, y al papel de los títulos del Estado de Estados Unidos como activos de refugio.
Sobre estas bases, también impera la importancia de la política de la Reserva Federal.
Importaciones
Por lo tanto, en este discurso sobre los efectos indirectos, Mann se centra en el efecto de la política monetaria estadounidense sobre las condiciones macroeconómicas y financieras del Reino Unido.
Aunque las condiciones económicas y financieras del resto de Europa son ciertamente importantes para el Reino Unido, al igual que la política del Banco Central Europeo, la investigación sobre el factor global no arroja un impacto tan grande, y las perspectivas de la política son más ambiguas en este momento.
Así pues, la tarea de hoy consiste en estimar el efecto probable de un endurecimiento de la política monetaria estadounidense sobre la macroeconomía del Reino Unido, y en considerar las vías de política alternativa que los responsables de la política monetaria británica podrían considerar como reacción.
Para una economía extranjera, esto significa salidas de capital (o reducción de las entradas de capital) y una depreciación de la moneda.
Como las importaciones de bienes se encarecen en términos de moneda extranjera, este canal financiero global tenderá a tener un efecto inflacionario en la economía no estadounidense.
En la medida en que la depreciación hace que las exportaciones de este país sean más atractivas en el mercado mundial, puede haber un impulso a las exportaciones que compense la desaceleración de la demanda mundial.
Las presiones inflacionistas derivadas del endurecimiento de la política monetaria de Estados Unidos se han documentado especialmente en las economías de mercado emergentes y se ha comprobado que son grandes y significativas, pero el efecto relativo de los precios sobre los volúmenes de exportación parece estar mitigado por una serie de factores, como la facturación en dólares y la pertenencia a una cadena de suministro multinacional.