Estados Unidos registró un superávit de casi 10,000 millones de dólares en su comercio de energía con México en 2016, de acuerdo con un análisis difundido por el Congreso estadounidense.

Esto fue resultado de la disminución de la producción de petróleo mexicano, los precios más bajos del petróleo y el aumento del gas natural de Estados Unidos.

El crecimiento de las exportaciones estadounidenses se debe en gran parte a las reformas de México, que han impulsado la inversión en la nueva generación de electricidad a gas natural y en el mercado minorista de gasolina.

Algunos observadores sostienen que hay mucho en juego para la industria de petróleo y gas de América del Norte en la relación económica bilateral, especialmente en lo que respecta a México como un mercado energético para los Estados Unidos.

México era tradicionalmente un exportador neto de hidrocarburos a los Estados Unidos.

Otros observadores sostienen que los mecanismos de solución de controversias en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) propuesto defenderán los intereses del gobierno de Estados Unidos y las compañías estadounidenses que hacen negocios en México.

Argumentan que las disposiciones de solución de controversias y el capítulo de inversión del acuerdo ayudarán a proteger las inversiones multimillonarias de los Estados Unidos en México.

También exponen que un debilitamiento de las disposiciones de solución de controversias del TLCAN daría lugar a una menor protección de los inversionistas estadounidenses en México y una menor confianza de los inversores.

Cambios en energía en el TLCAN

El TLCAN excluye la inversión extranjera en el sector energético de México. Bajo el capítulo de energía del TLCAN, las partes confirmaron el respeto por sus constituciones, lo cual fue de particular importancia para México y su Constitución de 1917 que establece la propiedad nacional mexicana de todos los recursos de hidrocarburos y las restricciones de participación privada o extranjera en su sector energético.

Bajo el TLCAN, México también se reservó el derecho de proporcionar electricidad como un servicio público nacional.

En las renegociaciones del TLCAN, los Estados Unidos buscaron preservar y fortalecer las inversiones, el acceso al mercado y las disciplinas de empresas estatales que benefician la producción y transmisión de energía.

Además, los objetivos de la negociación indicaron que Estados Unidos apoya la seguridad e independencia energética de América del Norte y promueve la continuación de las reformas de apertura del mercado de la energía.