El sector de la seguridad en México abarca una amplia gama de actividades relacionadas con la prevención e investigación del delito de los gobiernos municipales, estatales y federal; la protección de personas, bienes y activos, y la aplicación de la ley en general.
Las compañías medianas pasan por una fase de transformación con un consumo mayor de productos y servicios de seguridad. En las empresas familiares y pequeñas, sin embargo, no se ha producido esta transición de modo general, debido principalmente a la falta de recursos económicos.
Muchos negocios mexicanos invierten en la seguridad de su personal y de sus instalaciones. El mercado muestra una tendencia hacia la oferta de soluciones llave en mano o proyectos terminados que integran diferentes sistemas para mejorar la eficiencia y con operaciones las 24 horas del día.
Desde el punto de vista de la oferta, existen oportunidades relacionadas con infraestructura de las tecnologías de la información, sistemas de reconocimiento automático de matrículas, sistemas de detección de voz, cámaras de circuito cerrado, sistemas de rayos X, software de gestión de datos y bloqueadores de teléfonos móviles.
Otros negocios están vinculados con la venta de equipos de detección de explosivos, biometría sofisticada, equipos antidisturbios, desarrolladores de la infraestructura de seguridad, entrenamiento, soluciones de protección perimetral, control de acceso, sistemas de alarmas, seguimiento de vehículos GPS y soluciones residenciales.
Los consumidores evalúan no sólo el precio final, sino también el servicio, el apoyo de las empresas de equipo original, las garantías ofrecidas, la logística y las capacidades de reparación post-venta.
La Secretaría de Gobernación gastó más en 2014 en materia de seguridad (cerca de 5,500 millones de dólares) que la Secretaría de la Defensa Nacional (casi 5,000 millones de dólares).
En el campo del comercio internacional en México, el programa de la Sociedad Aduanas-Comunidad Comercial Contra el Terrorismo (C-TPAT, por sus siglas en inglés) cambió la perspectiva de seguridad de los exportadores al mercado estadunidense.
Iniciado en el 2001, tras los atentados terroristas en Estados Unidos, el C-TPAT es un programa de seguridad de la cadena de suministro voluntario dirigido por el gobierno estadunidense.
Los operadores del C-TPAT son importadores, transportistas (terrestres, aéreos, marítimos y ferroviarios), proveedores logísticos externos, agencias de aduanas, fabricantes de Canadá y México, consolidadores, autoridades portuarias marítimas y operadores de terminal.
En la seguridad industrial, destaca la venta de gafas protectoras, tapones para los oídos, trajes especiales, guantes, controles de protección contra incendios y uniformes.
Como proveedoras en México del sector en su conjunto, operan las empresas Anixter, Bosch, Mitsubishi y Samsung, entre otras.