Las exportaciones automotrices de Canadá relentizarán su crecimiento en la segunda mitad de 2023 y en 2024, proyectó Bank of Canada.
En general, el banco espera que el crecimiento de las exportaciones siga siendo fuerte durante el resto de 2022, impulsado por los elevados precios de las materias primas y el repunte de los viajes internacionales.
Más adelante en el horizonte de las proyecciones a 2024, el crecimiento de las exportaciones se ralentiza a medida que disminuye la demanda exterior.
En su estimación, las exportaciones no energéticas deberían crecer sólidamente a medida que se disipen las interrupciones del suministro mundial.
Elevated commodity prices and easing supply disruptions support the recovery in exports
Sin embargo, las exportaciones de vehículos de motor ralentizarán su crecimiento en la segunda mitad de 2023 y en 2024, cuando algunas instalaciones de fabricación cierren temporalmente para reequiparse para la producción de vehículos eléctricos.
Las exportaciones e importaciones de servicios se fortalecen y alcanzan los niveles anteriores a la pandemia en 2024, mientras los viajes internacionales siguen recuperándose.
Exportaciones automotrices
Además, el banco prevé que las exportaciones de energía crezcan fuertemente debido a los altos precios y al aumento de la capacidad de transporte.
Las ampliaciones previstas de la capacidad de los oleoductos -incluido el proyecto de ampliación de Trans Mountain– y de los volúmenes de crudo por ferrocarril apoyarán el crecimiento más adelante en el horizonte de proyección.
El banco prevé que las importaciones se mantengan sólidas, respaldadas por la fuerte inversión empresarial, la reposición de existencias por parte de las empresas y el deseo de éstas de mantener más existencias para protegerse de futuras interrupciones del suministro.
Respecto a la economía doméstica, el consumo crece a un ritmo modesto durante el horizonte de proyección.
Las proyecciones de Bank of Canada indican que el gasto en viajes y otros servicios de difícil acceso aumenta a medida que los consumidores se preocupan menos por la distancia física. Esto contribuiría a reequilibrar el consumo de bienes y servicios.
Inflación
Asimismo, la disminución de algunos de los ahorros acumulados durante la pandemia también favorece el gasto de los hogares.
Por ejemplo, se espera que las compras de vehículos de motor se recuperen a medida que se resuelva la escasez de oferta y se satisfaga la demanda reprimida.
Sin embargo, se prevé que el crecimiento del consumo se ralentice respecto a su fuerte ritmo actual.
La elevada inflación significa que los hogares destinarán una mayor parte de su renta disponible a necesidades como la alimentación y la gasolina, lo que les dejará menos dinero para gastar en otros artículos.
Además, el aumento de los tipos de interés significa que algunos hogares pospondrán las compras importantes, amortizarán la deuda o ahorrarán más.
Asimismo, algunos hogares -en particular los que contrataron una hipoteca considerable cuando los tipos eran más bajos- tendrán que hacer frente a pagos mucho más elevados cuando renueven sus hipotecas.
La ralentización de la actividad inmobiliaria también pesará en el consumo de bienes como muebles y electrodomésticos.