Los Países Bajos son los mayores exportadores de flores del mundo y sus ventas se han caído como consecuencia de la pandemia del COVID-19, informó el CPB Netherlands Bureau.
En 2019, las exportaciones de flores y capullos para adornos de los Países Bajos sumaron 4,532 millones de dólares, un máximo histórico.
En general, demanda del exterior está disminuyendo, y existe una gran incertidumbre sobre cómo se desarrollarán las cadenas de producción internacionales.
En algunos sectores que tienen un fuerte enfoque en las exportaciones, como la floricultura y el turismo, la demanda se ha estancado abruptamente, indicó el CPB Netherlands Bureau.
Exportaciones de flores
Los Países Bajos han incrementado sus ventas externas de flores desde los 3,854 millones de dólares registrados en 2015.
También las empresas holandesas están muy entrelazadas en las cadenas de producción internacionales, que a menudo implican cortos plazos de entrega de materias primas y productos semiacabados.
El CPB Netherlands Bureau expuso que es muy incierta la medida en que estas cadenas pueden continuar funcionando bajo todas las restricciones de contacto físico, tanto en el país como en el extranjero.
La interconexión global es mayor que nunca, y la recesión económica se aplica a todos los principales socios comerciales de los Países Bajos, con choques simultáneos en la oferta y la demanda. Por lo tanto, la magnitud de la disminución del comercio mundial es altamente incierta.
Asimismo, las restricciones de contacto físico están teniendo un impacto en la demanda interna, que se ve afectada aún más por la considerable incertidumbre sobre el futuro. Algunos sectores no están “encerrados”, pero ven que su demanda se evapora en gran medida como resultado de las restricciones (por ejemplo, la industria de viajes y las estaciones de servicio).
Y aunque ciertos sectores, como los supermercados y el comercio minorista en línea, también verán un aumento en la demanda, en el balance, la demanda general disminuirá, debido a la mayor incertidumbre sobre los ingresos.
Los hogares y las empresas tienen menos confianza en el futuro, por lo que pospondrán ciertas compras e inversiones.
