Los negocios con camiones-restaurantes o fast truck mantienen una tendencia creciente en México, impulsados por la mayor demanda de comida rápida y antojitos, por el crecimiento de las ciudades y porque cada vez más mujeres entran a la fuerza de trabajo.
Estos negocios pueden ser una excelente forma de crecer para los puestos ambulantes de alimentos, muchos de los cuales no tienen un buen nivel de operación higiénica, no refrigeran los alimentos durante el día y con frecuencia mezclan ingredientes que no deben estar juntos.
También poseen la ventaja de un mayor espacio frente a muchos puestos instalados en las aceras; pueden lograr una identidad más clara, y gozan de la opción de establecerse en un punto fijo o ser itinerantes, trabajando en cualquier lugar donde exista demanda, como ferias, eventos deportivos, campus, zonas empresariales o áreas fabriles.
Pueden ser buenos, por la higiene y la calidad de los productos; bonitos, por los colores y el diseño de su pintura y arreglos, y baratos, por los menores costos frente a restaurantes o fondas establecidos de manera tradicional.
Un food truck es un vehículo grande acondicionado para elaborar y vender comida callejera. En algunos, se preparan alimentos congelados o precocidos; otros cuentan con cocinas a bordo que permiten hacer cualquier plato desde cero.
Por norma general, el food truck está asociado con distintos tipos de comida rápida como hamburguesas, hot dogs, tacos o churros. Sin embargo, a partir de 2009 algunos cocineros de California, Estados Unidos, cambiaron el concepto hacia restaurantes itinerantes con platos más elaborados, incluida la comida gourmet, difundiendo su localización en las redes sociales.
En México, hay de todo tipo. Desde los que venden tacos de guisado, tortas, enchiladas, quesadillas, mariscos y chilaquiles, hasta elotes, crepas, papas fritas, raspados y paletas, además de los de hamburguesas y hot dogs.
Los camiones de comida en México son un concepto relativamente nuevo, en comparación con los Estados Unidos. Curiosamente, muchos camiones de alimentos en los Estados Unidos son impulsados por los mexicanos, como la popular nave espacial “Tamale Spaceship”, una idea de dos inmigrantes mexicanos amantes de la ciencia ficción y de la lucha libre mexicana.
Los fast-truck, sin embargo, no se encuentran regulados, o no suficientemente, en México y no hay una organización nacional que los represente, para defender sus intereses. En ambas circunstancias México debe avanzar, tomando en cuenta las buenas perspectivas de este negocio.