Ford Motor Co. informó que perdió alrededor de 1,000 millones de dólares en beneficios a causa del aumento de aranceles a las importaciones de Estados Unidos que autorizó el presidente Donald Trump.
“Las tarifas de los metales restaron cerca de US$1.000 millones en beneficios, y la ironía es que hoy en día obtenemos la mayoría de los suministros en Estados Unidos”, dijo Jim Hackett, presidente y director general de la empresa en una entrevista con Bloomberg Television. “Si continúan más tiempo, habrá más daño”.
Desde enero de 2018, la Administración de los Estados Unidos ha anunciado varias medidas que han estado a punto de desencadenar lo que muchos llaman una «guerra comercial», comenzando con cuotas y aranceles sobre paneles solares e importaciones de lavadoras de China, y luego pasando al acero y aluminio para un conjunto más amplio de países, además de investigar las importaciones de automóviles de los Estados Unidos.
Ford, aranceles y OMC
Los aranceles se fijaron bajo una cláusula de la Organización Mundial del Comercio (OMC) relacionada con las importaciones que amenazan la seguridad nacional, aunque la idea es frenar la competencia del «metal barato que está subsidiado por países extranjeros», lo que equivale a un cargo de «dumping», describió la Conferencia de Naciones Unidas Sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en un informe difundido este miércoles.
Posteriormente, se impusieron nuevas sanciones comerciales a China, con el argumento de que estaba utilizando tácticas desleales como piratear secretos comerciales y exigir la divulgación de «secretos comerciales» por parte de compañías estadounidenses a cambio de acceder al mercado chino.
Estas medidas incluyen restricciones a la inversión y aranceles sobre otras exportaciones chinas.
Ford anunció unos ingresos netos por 7,600 millones de dólares en 2017, la mayor cantidad desde 2013, pero ante las estimaciones de los analistas de una caída de las ganancias del 29% este año, se ha embarcado en una reestructuración de 11,000 millones de dólares para mejorar los márgenes del negocio automotriz principal, al tiempo que invierte miles de millones en tecnología eléctrica y de vehículos autónomos, según Bloombreg.
