La economía de Estados Unidos se mantuvo fuerte en el segundo trimestre de 2021, impulsada por el gasto de los consumidores, destacó un informe difundido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Con ello, el PIB creció a una tasa anualizada del 6.6%, suficiente para empujar a la economía de Estados Unidos por encima de su nivel prepandémico.
Desde otro modo de comparación, el crecimiento del segundo trimestre superó el 6.3% del primer trimestre, según la segunda estimación de la Oficina de Análisis Económico, ya que el estímulo fiscal continuó fluyendo a través de la economía y la distribución de vacunas permitió que se levantaran más restricciones.
En general, el crecimiento del segundo trimestre estuvo impulsado por la fortaleza del gasto de los consumidores, que aumentó 11.9% y contribuyó con 7.8% al crecimiento del trimestre, ya que los consumidores se beneficiaron de los fondos de estímulo federal.
También la inversión en productos de propiedad intelectual, equipos comerciales y el gasto del gobierno estatal y local contribuyó positivamente, mientras que la inversión en estructuras comerciales, exportaciones netas, gasto del gobierno federal, inversión residencial e inventarios, se restaron del crecimiento del segundo trimestre.
Economía de Estados Unidos
A medida que se desvanece el impulso del estímulo, advierte el informe, la economía estadounidense puede desacelerarse.
Según el Libro Beige de la Reserva Federal, un informe que recopila información anecdótica de empresas de todo el país, la recuperación económica se desaceleró y los precios continuaron subiendo durante el verano, ya que un resurgimiento de casos de Covid-19 vinculados a la variante Delta llevó a los consumidores a reducir el gasto y persisten los problemas de la cadena de suministro, lo que obstaculiza las empresas.
Por tanto, un verano que se esperaba que devolviera la actividad prepandémica ha decepcionado.
Aunque la aceleración de la inflación puede ser temporal, junto con el salto en los casos de Covid-19, parece estar afectando gravemente la confianza del consumidor.
Impulsado por la variante Delta que se extiende rápidamente y los precios más altos, el índice de sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan sufrió en agosto una de sus mayores pérdidas mensuales en 40 años, cayendo a 70.3 (la lectura más baja desde 2011) desde 81.2 en julio.
El economista jefe de la encuesta, Richard Curtin, dijo que la caída también reflejaba “una respuesta emocional, de las esperanzas frustradas de que la pandemia terminaría pronto y las vidas podrían volver a la normalidad”.
Asimismo, el Índice de Confianza del Consumidor del Conference Board cayó de 125.1 revisado (anteriormente 129.1) en julio a 113.8 en agosto, muy por debajo del nivel prepandémico de 132.6 registrado en febrero de 2020.