General Motors, Stellantis y Nissan lideraron la producción automotriz en México, considerando sólo la fabricación de vehículos ligeros, informó este lunes el Inegi.
De enero a octubre de 2022, la producción total de vehículos ligeros de México se cifró en 2 millones 789,988 unidades, un crecimiento interanual de 9.8 por ciento.
Según Lear Corporation, debido a las condiciones económicas globales en 2020, en gran parte como resultado de la pandemia de Covid-19, la industria automotriz experimentó una disminución en las ventas de clientes globales y en los volúmenes de producción.
General Motors
Las interrupciones de la producción continuaron en 2021 y siguen en 2022, de nuevo en gran medida debido al impacto continuo de la pandemia, en particular a través de la escasez de suministros y, en menor medida, el resurgimiento del virus en China con las correspondientes órdenes gubernamentales de “quedarse en casa”, así como el conflicto entre Rusia y Ucrania.
En los primeros 10 meses de 2022, General Motors produjo 619,002 vehículos ligeros en México (+30.5%, a tasa interanual), seguida por Stellantis, con 350,405 (+6.7%), y Nissan, con 325,507 (-29.8 por ciento)
La escasez de suministros más importante se refiere a los chips semiconductores, que está afectando a la producción mundial de vehículos y provocando reducciones y cancelaciones de la producción prevista.
Además, Lear expuso que los aumentos de los costes de ciertas materias primas, así como los costes de transporte, logística y servicios públicos, también están afectando, y seguirán afectando, a los resultados operativos de la empresa en un futuro próximo.
En 2021 las cadenas de suministro globales siguieron siendo el principal canal de transmisión de las afectaciones de la pandemia en el comercio mundial.
Por el lado de la oferta, fábricas en países importantes para el comercio mundial como China, Corea del Sur, Malasia, Vietnam y Taiwán, así como en países europeos como Alemania, fueron afectadas por la propagación de la pandemia y obligadas a cerrar o reducir su producción.
En respuesta, las empresas navieras redujeron sus horarios en previsión de una caída en la demanda de mercancías en todo el mundo.
Adicionalmente, se redujo la oferta de suministros lo cual ocasionó un retraso en los envíos a diversas industrias como la automotriz y de equipo de computación.
