Grupo Lala fue pionero recientemente en la producción de leche orgánica en el mercado mexicano, un hecho que ocurrió sobre la base de una nueva tendencia en la que muchos grandes productores de lácteos están buscando mercados especializados, en particular para los consumidores que prefieren alternativas saludables.

Entre tanto, en México, la empresa Liconsa continúa desempeñando un papel importante en las compras de leche líquida doméstica.

De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el consumo doméstico de leche fluida (entera) se pronostica plano en 2018, mientras que el uso de fábricas continúa aumentando, con un pronóstico general de 12.4 millones de toneladas métricas.

Grupos de la industria, como la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec) creen que hay espacio para aumentar el consumo per cápita de leche líquida, la cual permanece por debajo de los niveles recomendados por la FAO.

Sin embargo, el consumo se ve frenado por las alternativas de bebidas de bajo costo, como los refrescos, junto con la falta de refrigeración en los hogares rurales y de bajos ingresos. Por otro lado, el consumo de leche fluida por los procesadores ve un crecimiento sostenido, ya que los consumidores demandan productos lácteos especializados, desde leche endulzada hasta yogur griego.

El consumo de leche líquida producida comercialmente en México generalmente puede dividirse en dos segmentos: leche fresca pasteurizada y leche UHT (ultra alta temperatura, por sus siglas en inglés).

El cambio de las responsabilidades en los hogares de ingresos medianos y altos donde más familias tienen un doble ingreso ha implicado que los patrones de compra también se han modificado.

Es más probable que estos consumidores compren leche semanalmente en las cadenas de tiendas en lugar de una compra diaria en el mercado local. Los hogares de bajos ingresos prefieren la UHT estable en almacenamiento (a menudo en paquetes tetra) debido al fácil almacenamiento y la falta de refrigeración. La industria estima que la leche fresca pasteurizada representa 20% de las ventas, mientras que la UHT representa el restante 80 por ciento.