A partir del 1 de enero pasado se registró un incremento en el precio de las gasolinas y el diésel de entre el 14 y 20% respecto del precio registrado en diciembre de 2016, con una serie de factores que tuvieron un mayor peso que otros.
En el caso de los precios de referencia de la gasolina de la costa del Golfo de Estados Unidos, la cual opera en un mercado de libre competencia, se observó un incremento de prácticamente 48% en 2016, periodo en el cual la mezcla mexicana de exportación experimentó un alza superior a 84 por ciento.
El tipo de cambio es otra de las variables que influyen de manera importante en el cálculo del precio final de las gasolinas y el diésel, debido a que se importa alrededor de 60% del consumo total en México.
El peso, por su parte, registró una depreciación superior a 3 pesos por dólar, al ubicarse por arriba de los 21 pesos.
Según el Centro de Estudios de la Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, de lo anterior se puede concluir que el incremento de los precios de los combustibles observados en 2017 se debe a la volatilidad que han experimentado algunos de los componentes del precio, entre los que destacan el precio de referencia de la gasolina en la costa del Golfo de Estados Unidos, los precios del petróleo en el mercado internacional y la depreciación del peso frente al dólar, siendo menor el incremento en el IEPS por el efecto de su actualización.