Las importaciones de bienes de América Latina y el Caribe crecieron a una tasa interanual de 32% en valor en 2021, el mayor aumento desde 2010, cuando crecieron en casi igual magnitud después de la crisis financiera mundial, informó este miércoles la Cepal.
Al mismo tiempo, los volúmenes importados por la región se incrementaron 20% en 2021, en línea con la expansión de la actividad interna en la región (tanto consumo como inversión) luego del colapso de 2020.
Entre tanto, los precios de las importaciones también mostraron en 2021 un crecimiento, que alcanzó 12 por ciento.
Como resultado de lo anterior, el saldo en la cuenta de bienes de la región, si bien siguió siendo superavitario en 2021, se vio reducido en medio punto porcentual a 1.3% del PIB.
Importaciones de América Latina
Si bien la evolución favorable de los precios de los productos básicos en 2021 se tradujo en un aumento estimado de los términos de intercambio de alrededor de 5% en la región, existen diferencias a nivel subregional.
Los términos de intercambio cayeron 5% en el Caribe (sin incluir Guyana, Jamaica ni Trinidad y Tabago) y 1% en Centroamérica, como consecuencia, en parte, del gran peso que tiene la energía en la canasta importadora de estos países.
Por el contrario, el grupo de países cuyos términos de intercambio subieron más es, justamente, el de los exportadores de hidrocarburos (15 por ciento).
Materias primas
Para 2022, la Cepal espera una leve baja de los precios de los productos básicos, de alrededor de 3.2 por ciento.
Los metales y minerales serían los que más bajen (8.4% comparado con el nivel promedio de 2021).
Ello se explicaría por la desaceleración económica, sobre todo en China y en su sector de construcción, que ha mostrado problemas.
En el caso de los productos energéticos y los productos agropecuarios, se proyecta que sus precios permanecerán bastante estables, con poca variación respecto del nivel promedio de 2021 (0.3% y -0.4%, respectivamente).
Concretamente, se espera una recuperación de la oferta de petróleo, gas natural y carbón, lo que a su vez se acompaña de una mayor demanda como resultado de la continua normalización del transporte y la producción globales.