Después de que China entrara en la Organización Mundial del Comercio (OMC) a finales de 2001, su producción de manufactura creció rápidamente, ya que las empresas mundiales desplazaron la fabricación de los países con salarios más altos hacia China.
Luego, en 2010, China superó a Estados Unidos para convertirse en el mayor fabricante del mundo por producción.
En 2019, China representaba 28.7% de la producción manufacturera mundial, superando a Estados Unidos (16.8%), Japón (7.5%) y Alemania (5.3%), según información difundida por la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC).
También la importancia de China en el mercado mundial de productos manufacturados aumentó considerablemente.
En 2002, alrededor de 8.9% de las importaciones mundiales de manufacturas procedían de China.
Ya para 2015, este porcentaje casi se duplicó, alcanzando el 17.7%. En 2020, tras un modesto descenso entre 2016 y 2019, la cuota se recuperó hasta el nivel de 2015.
En el período 2002-2020, la cuota de China como fuente de importaciones mundiales de bienes de capital y bienes intermedios aumentó más rápidamente que su cuota de bienes de consumo.
La importancia mundial de los sectores manufactureros chinos de alta y media-alta tecnología creció más que la de sus sectores de media-baja y baja tecnología.
Manufactura
Según la USITC, estas tendencias pueden atribuirse a los cambios estructurales que se están produciendo en la industria manufacturera china, impulsados por múltiples factores como el aumento de los costes laborales, el desarrollo de las cadenas de suministro nacionales y la profunda integración en las redes de producción mundiales y regionales.
Además, la industria manufacturera china también experimentó una mejora tecnológica durante este periodo, influida por el aumento de la inversión extranjera y las políticas gubernamentales chinas favorables a las industrias tecnológicamente sofisticadas.
Casi todos los países del mundo dependen en cierta medida de los productos manufacturados chinos.
Debido a la proximidad geográfica y/o a los estrechos vínculos económicos, los países de la región de Asia-Pacífico, así como algunos países de América del Sur y del África subsahariana, obtuvieron 30% o más de sus importaciones de manufacturas de China en 2020.
La USTR indica que entre estos países se encuentran Vietnam, Japón, Australia, Indonesia, Perú, Chile, Etiopía, República Democrática del Congo y Nigeria.
Estados Unidos se abasteció de más de 24% de las importaciones de productos manufacturados procedentes de China durante 2015-18; la proporción se redujo a 21% en 2020.
En el caso de la Unión Europea, el porcentaje fue superior a 25% durante 2015-2019, y aumentó a 27% en 2020.