El Indicador IMEF Manufacturero de México aumentó en marzo 1.0 puntos para ubicarse en 50.7 unidades, con lo cual pasó a zona de expansión (>50) luego de permanecer 21 meses consecutivos en zona de contracción (<50).
Su serie tendencia-ciclo aumentó 0.1 puntos para ubicarse en el umbral de 50.0 unidades luego de haber registrado 21 meses consecutivos en zona de contracción.
Por su parte, el Indicador ajustado por tamaño de empresa aumentó 1.6 puntos para cerrar en 53.9 unidades, manteniéndose en zona de expansión por noveno mes consecutivo.
El Indicador IMEF varía en un intervalo de 0 a 100 puntos y el nivel de 50 puntos representa el umbral entre una expansión (mayor a 50) y una contracción (menor a 50), de la actividad económica.
En principio, cuando el índice se encuentra por encima del umbral, un aumento se interpreta como señal de una expansión futura más rápida; cuando el índice se encuentra por debajo del umbral, un incremento se interpreta como señal de una contracción futura más lenta.
Pero el indicador no proporciona información específica sobre la magnitud de los cambios esperados.
“Los resultados del Indicador IMEF de marzo muestran señales de reactivación de la actividad económica tanto en el sector manufacturero como no manufacturero”, dijo el IMEF.
No obstante, agregó el Instituto, persisten riesgos elevados que emanan de la propia efectividad de las vacunas, así como al abastecimiento y la logística necesaria para inocular a la población.
IMEF
Asimismo, hay retos muy relevantes en cuanto a la heterogeneidad de la recuperación económica: entre regiones y países a nivel global y entre localidades y clases socioeconómicas dentro de los países.
Sin embargo, el riesgo más apremiante para los participantes de los mercados financieros internacionales es la posibilidad de que el mayor crecimiento económico propicie presiones inflacionarias substanciales que provoquen que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) del Banco de la Reserva Federal (Fed) tenga que retirar el estímulo monetario mucho antes de lo que anticipa el propio FOMC, es decir, antes de 2023.
A los participantes de los mercados les ha costado mucho trabajo digerir el nuevo esquema de política monetaria del Fed, que consiste en tener un objetivo de inflación promedio, en lugar de puntual, en 2 por ciento.
Esto debería de “tranquilizar” a los participantes de los mercados debido a que significa que la inflación en los Estados Unidos puede estar por arriba del objetivo por algún tiempo sin que el FOMC tenga que elevar las tasas de interés.
En este sentido, los participantes de los mercados demandan más que palabras.
Desean que el FOMC instrumente una ‘Operación Twist’, que implica una reasignación de las compras de activos de instrumentos de menor plazo hacia instrumentos de mayor plazo.
Esto disminuiría la presión existente sobre los rendimientos de plazos más largos.
Eventualmente el FOMC podría llevar a cabo un ‘twist’ en caso de que consideren que la volatilidad pueda poner en peligro la recuperación de la actividad económica.