La industria automotriz de Estados Unidos puede dividirse en tres regiones distintas: la región del medio oeste, la región del sureste y el resto de Estados Unidos.
En 2022, la producción automovilística estadounidense representó 66.5% de la producción en Norteamérica y 11.4% a nivel mundial.
Asimismo, según la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC), la industria empleaba a más de 250,000 personas en la fabricación de vehículos, a más de medio millón de personas en la producción de piezas, así como en ventas y reparaciones, y a más de 162,000 personas en la fabricación de carrocerías y remolques de vehículos de motor en 2021.
Para las regiones del medio oeste y del sureste, el descenso entre 2018 y 2022 se explica en su mayor parte en 2020; sin embargo, la producción ha ido aumentando lentamente desde entonces.
Por otro lado, la producción en el resto de Estados Unidos aumentó 39% de 2018 a 2022 en gran parte debido al aumento de la demanda de vehículos eléctricos.
El inicio de la pandemia de Covid-19 vio cierres de plantas en los Estados Unidos, con más de 40% de la fuerza laboral automotriz suspendida o despedida en marzo y abril de 2020.
Además, incluso después de que las plantas reabrieron, la industria automotriz estadounidense lidió con varios problemas de la cadena de suministro.
Industria automotriz de Estados Unidos
La escasez mundial de semiconductores llevó a los fabricantes de automóviles a cerrar la producción por segunda vez o a reducir el número de turnos o la producción de vehículos por turno.
Regionalmente, la industria automovilística norteamericana se compone de la producción de vehículos y piezas de vehículos en Estados Unidos, México y Canadá.
Los tres países figuran entre los principales productores de vehículos del mundo, con una producción significativa de una amplia gama de vehículos.
En los últimos años, la región norteamericana se ha visto afectada negativamente por una serie de factores, como el cierre de plantas asociado al inicio de la pandemia de Covid-19, las limitaciones de la cadena de suministro, como la escasez mundial de semiconductores, y la escasez de mano de obra especializada.
Estos factores interrelacionados (así como otros) dieron lugar a descensos de la producción en los tres países durante los últimos años, y la mayoría de estos descensos se produjeron en 2020.