El Tribunal Supremo de Brasil autorizó este jueves la investigación contra el presidente brasileño, Michel Temer, tras una denuncia por intentar comprar el silencio de un influyente diputado que se encuentra preso.
En respuesta, Temer negó su participación en los hechos y afirmó que no está dispuesto a renunciar.
Temer supuestamente fue grabado por un empresario cuando daba aval al pago de sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y a su operador monetario, ambos en prisión en el marco de la operación “Lava Jato” que investiga una red de sobornos para obtener contratos en la estatal Petrobras.
Esa grabación habría sido entregada a la justicia, como parte de la declaración premiada del empresario Joesley Batista, dueño de la mayor empresa cárnica del mundo, JBS.
«Quiero resaltar enfáticamente que la investigación del Tribunal Supremo demostrará que no tengo nada que ver con esos hechos», dijo el mandatario.
Temer, con una popularidad bajo mínimos, reivindicó su gestión, que apunta a sacar a Brasil de su peor recesión en un siglo mediante recetas de austeridad.
«En ningún momento autoricé pagar por el silencio de nadie. Por una razón simplísima: no tengo nada que esconder. Mi único compromiso es con Brasil, y este compromiso es el que me guía. No renunciaré, repito, no renunciaré y exijo un esclarecimiento pleno de todo», agregó.
Con el pedido fue hecho por la Procuraduría General de la República, Temer pasó a ser formalmente investigado como parte de la operación Lava Jato.
El escandalo fue desatado por el diario O Globo, al publicar la existencia de una grabación en la que Temer supuestamente avaló la compra del silencio a Eduardo Cunha, impulsor del juicio político que destituyó a Dilma Rousseff.
El Presidente, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), reconoció la víspera que se reunió en marzo con el empresario de JBS, pero negó que comprara silencio de Cunha, ex presidente de la Cámara de Diputados.