Las inversiones destinadas a proyectos de energías limpias se han multiplicado en los principales países latinoamericanos, de acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En 2017, las inversiones aumentaron a pesar de que los costos siguieron decreciendo fuertemente.
En los principales mercados de la región, la inversión aumentó de forma notable: en el Brasil creció un 10%, llegando hasta 6.200 millones de dólares, y en Chile un 55%, hasta los 1,500 millones de dólares.
La inversión se multiplicó por siete en la Argentina, alcanzando los 1.800 millones de dólares, y por cuatro en México, hasta 6,200 millones de dólares, impulsada por grandes financiamientos de proyectos eólicos y solares.
La energía solar fue la tecnología líder en el mundo en el año pasado, pues atrajo inversiones por un monto de 160,800 millones de dólares, que equivale al 48% del total mundial en energías renovables no convencionales, pero el porcentaje es mucho menor en América Latina y el Caribe, aunque esté aumentando.
En el Brasil, por ejemplo, hubo una fuerte inversión en el sector eólico y en México una inversión cuantiosa en energía geotérmica.
Aunque Bolivia y Honduras representan montos relativamente bajos de inversión, se clasifican como primer y tercer país en términos de inversión en combustibles renovables por unidad de PIB, respectivamente.
En el sector de la energía solar, Chile concentra la mayor parte de las inversiones en la región, las más importantes de las cuales se realizaron en el norte del país.
Además, aunque el mercado de producción de paneles fotovoltaicos está dominado por China, cabe destacar el inicio de la producción de módulos en una nueva instalación en el Brasil, en 2016, por parte de la firma Canadian Solar.
Aunque el costo de la generación eléctrica a partir de energía eólica y solar está cayendo vertiginosamente, el sector es intensivo en capital y nueva tecnología y por eso la inversión extranjera directa es clave para su desarrollo y para la transición energética de la región.
De hecho, en América Latina el sector de las energías renovables fue el principal receptor de los nuevos proyectos de inversión extranjera directa en 2016 (con un 18% del monto total anunciado), y el segundo en 2017, después del sector de las telecomunicaciones.
La tendencia en América Latina sigue una tendencia mundial. Las cifras de inversión (incluidas la nacional y la extranjera) en energías renovables no convencionales de Bloomberg New Energy Finance para 2017 muestran que ese año se alcanzaron en el mundo los 333.500 millones de dólares, un 3% más que en 2016.
En 2016, a pesar de haberse alcanzado niveles máximos de instalación de nueva capacidad, las inversiones cayeron debido a la considerable disminución de los costos.