La economía estadounidense está en camino de un aterrizaje suave, de acuerdo con Patricia Krause, economista en jefe para América Latina, y Rubén Nizard, economista en jefe para Norteamérica de la aseguradora de crédito francesa Coface.
Después de crecer 1.9% en 2022, el PIB de Estados Unidos aumentó 2.5% en 2023, mientras que la Cofece proyectó en enero que este indicador se desacelerará a 1.2% en 2024.
La aseguradora atribuye el debilitamiento previsto del crecimiento de la economía estadounidense en 2024 a los efectos persistentes de las políticas monetarias restrictivas.
Al mismo tiempo, Coface considera que el aumento de la morosidad en préstamos para automóviles y tarjetas de crédito indica desafíos para los consumidores.
Nizard estimó que el impulso fiscal se volverá lentamente negativo en medio de incertidumbres en materia de política fiscal.
Este miércoles, la Junta de Consejo de la Reserva Federal de Estados Unidos proyectó que la economía estadounidense crecerá 2.1% en 2024, lo que implica un alza desde su proyección de 1.4% en diciembre pasado.
Economía estadounidense
La inflación en Estados Unidos ha disminuido sustancialmente desde el pico de mediados de 2022 con un deterioro limitado en el mercado laboral.
Mientras que se espera que el crecimiento de los ingresos en esa nación, en medio de un mercado laboral aún resiliente, siga apoyando el crecimiento del consumo en 2024, los incentivos para la inversión en energía limpia y semiconductores pueden impulsar la inversión privada.
Ante un Congreso dividido y en un año electoral, se debe contener el gasto público, contribuyendo a un déficit más bajo. Sin embargo, el servicio de la deuda y la ejecución de programas de inversión pública la mantendrán elevada.
Elecciones
Desde la perspectiva de la Coface, las elecciones de 2024, que prometen una revancha entre Donald Trump y Joe Biden, confirmarán la polarización del panorama político.
El Congreso podría permanecer dividido, lo que obstaculizaría la formulación de políticas.
Si bien la economía interna de Estados Unidos sigue siendo sólida y aparentemente estable, no se puede decir lo mismo del panorama global.
La guerra entre Rusia y Ucrania continúa y se acerca a su tercer año, sin un final claro a la vista.
Además, la conmoción de octubre por la guerra entre Israel y Gaza sigue estando en el primer plano de la incertidumbre geopolítica, particularmente con respecto a la perspectiva de un conflicto regional más amplio en Medio Oriente que afecte a múltiples naciones.