Los acontecimientos que definieron el 2018, por su constante presencia bajo los reflectores de los inversionistas que generaron movimientos significativos en distintos mercados fueron: la fortaleza del dólar y la guerra comercial de Estados Unidos con sus socios comerciales, destacó la empresa Peñoles.
Antes de todo, la fortaleza del dólar estuvo respaldada tanto por la conducción de una política restrictiva por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, en un entorno donde los Bancos Centrales de las principales economías mantuvieron una postura monetaria acomodaticia; como por el estímulo fiscal que implementó la administración del presidente Donald Trump.
La guerra comercial, con la adopción de un enfoque proteccionista, exaltado en las políticas comerciales, no solo se erigió como el principal riesgo geopolítico, sino que también agravó las expectativas de un deterioro o desaceleración en el crecimiento económico mundial y en particular en la senda de expansión de China.
“Bajo este marco, las cotizaciones del oro y la plata se vieron limitadas a un rango estrecho de movilidad, con sesgo a la baja, como resultado del significativo costo de oportunidad que representaba el ajuste monetario estadounidense”, dijo Peñoles.
Además, si bien el desgaste en las relaciones entre Estados Unidos y sus socios comerciales, junto con el deterioro de las expectativas de crecimiento económico mundial, reactivaron la aversión al riesgo entre los inversionistas, estos no direccionaron sus recursos hacia el oro en búsqueda de un activo seguro, sino que los canalizaron a la construcción de posiciones en dólares y otras divisas.
Hacia el fin de 2018
Sin embargo, según Peñoles, en la recta final del año, la actualización de las proyecciones económicas de la Reserva Federal derivó en un discurso más neutral, que debilitó la importante barrera que representaba la postura monetaria, permitiendo a los metales preciosos cotizar al alza ante un panorama internacional afligido por diversos riesgos geopolíticos y macroeconómicos.
En un tono análogo, a medida que las tensiones entre la administración estadounidense y sus socios comerciales fueron agudizándose, el mercado de metales base relegó a segundo término los fundamentales de oferta y demanda que apoyaban el precio de estos activos, prestando atención solo a aquellos factores que incidían en sentido adverso sobre su valor, como la desaceleración en el crecimiento chino o la falta de conflictos en las renegociaciones laborales.
No fue sino hasta las últimas semanas del año, cuando el anuncio de una tregua entre China y Estados Unidos cambió el apetito del mercado y dotó de mayor importancia el impacto de los fundamentales que venían gestándose durante el trimestre, como los reportes de constantes bajas de los almacenes, o el paro operativo en algunas fundiciones, además de saldos deficitarios en el balance de mercado.