La Organización Mundial de Comercio (OMC) promueve la paz al proporcionar un sistema de normas estable y previsible y un mecanismo eficaz para resolver las diferencias comerciales entre sus Miembros.
Si el comercio se realiza sin problemas y los países mantienen una buena relación comercial, los conflictos son menos probables. Asimismo, un comercio fluido estimula el crecimiento económico, lo que a su vez reduce las posibilidades de conflictos.
Las guerras comerciales de los años de la década de 1930 demuestran cómo el proteccionismo puede llevar fácilmente a los países a una situación en la que nadie gana y todos pierden. Coordinando las normas comerciales multilaterales con otros países, los Miembros pueden evitar restricciones comerciales o medidas comerciales de retorsión.
El sistema de solución de diferencias de la OMC desempeña un papel fundamental para evitar los conflictos comerciales y la retorsión unilateral. Proporciona un sistema en el que los conflictos comerciales entre los Miembros se resuelven por medio de normas, en lugar de guerras.